Luis Castañeda tuvo ocho años para hacer cambios en Lima, una ciudad de 8’445.211 habitantes y 43 distritos, aunque sus obras más recordadas son las de su primer período: escaleras, parques y hospitales de la Solidaridad mientras que en su segunda etapa hubo la polémica de las revisiones técnicas, el Metropolitano y obras que no inaugurará, como las avenidas Primavera y Ayllón.
Castañeda renunció al cargo el último lunes para -todo indica- postular a la Presidencia de la República. Se fue con 79% de aprobación, según una encuesta de El Comercio hecha por Ipsos Apoyo. Una cifra que le puede servir de base para su futuro político.
TRANSPORTE
67% de limeños piensa que empeoró el tránsito, según el sondeo.
Recorrer Lima tras la ventana de un bus o frente al volante es la misma historia: tiempo perdido. Para enfrentar esto, Luis Castañeda prometió un terminal de buses interprovinciales, habilitar un tren Callao-Vitarte-Chosica y otro que recorriera de sur a norte, extender la Vía Expresa de Paseo de la República, instalar semáforos inteligentes, construir “by-pass” y pavimentar vías. Los dos últimos ofrecimientos se empezaron a concretar en el 2006 con intercambios viales en Villa El Salvador, Puente Piedra y La Victoria.
La vía expresa Grau se culminó con retrasos y casi el doble de lo presupuestado (S/.59,5 millones) y la semaforización inteligente de la Av. Canadá se logró con S/.500 mil más y un juicio de la empresa que perdió la licitación, lo que -según el concejo- obstaculizó por cuatro años la extensión de la red semafórica.
Se puso dinero en estudios para el Metropolitano, una idea a la que el alcalde Alberto Andrade llamó Lima Bus y a la que Castañeda, al principio, no le tenía fe.
En su segundo período se colocó freno a las unidades que circulaban con licencias de Huarochirí, se continuó con los “by-pass” y remodelación de vías, veredas y puentes, y se ampliaron algunas ciclovías. Pero también estalló el lío de las revisiones técnicas: el concejo dio la exclusividad del proceso a Lidercon en el 2004, pero por juicios entre los socios y luego con la misma comuna, estas se iniciaron recién en el 2007, aunque con interrupciones hasta el 2009. Tema tan caliente, al igual que la construcción del tren eléctrico, terminó en manos del Ejecutivo.
Al cerrar su mandato, Castañeda puso en marcha el Metropolitano, obra que costó casi US$300 millones, dividió Barranco en dos, tuvo un año de retraso y un diseño vial cuestionado, pero que ha reducido el tiempo de viaje considerablemente entre las estaciones Matellini (Chorrillos) y Naranjal (Independencia), cubre 10% de la demanda de transporte público y es bien valorada por los usuarios.
DESARROLLO URBANO
62% de ciudadanos destaca que mejoró la limpieza pública.
“Antes era más difícil bajar por aquí, sobre todo si llevaba paquetes o a mis niños”, cuenta Leila Salas mientras desciende por una de las escaleras amarillas del asentamiento humano La Merced, en Comas, una de las últimas que se han inaugurado. En los tres primeros años de gestión de Castañeda se invirtieron S/.22 millones en estas estructuras y otros S/.15 millones en losas deportivas. En su segundo período, se destinaron unos S/.65 millones, 53% de los cuales corresponde al 2010, según el portal de transparencia económica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). A la fecha hay unas 2.500 escaleras amarillas.
Además, se simplificaron los procesos de habilitación urbana, se aprobaron los nuevos planes de zonificación para los distritos y hubo buenas iniciativas para la reducción de tugurios -de la mano del Fondo Municipal de Renovación Urbana-, como el Parque de La Muralla (que benefició a 71 familias) y Cañete 100 (42 familias).
En la Costa Verde, pese a que se ofreció promover proyectos para ganar espacio al mar y dotarla de mobiliario urbano -el Concejo de Lima tiene la batuta en las decisiones que se tomen aquí-, lo que primó fue el deterioro del litoral en la zona de Barranco y Chorrillos. Recién en julio último se emitió la Ordenanza 1414, que declara intangibles los acantilados.
La recuperación del Centro Histórico de Lima tuvo más dinamismo, pues se prohibieron las marchas en el Damero de Pizarro, se dio iluminación ornamental a edificios, se restauraron casas y balcones monumentales y se reinauguró el Teatro Municipal 12 años después de haberse incendiado. Plazas y parques fueron remodelados y dotados de seguridad y se promovió un recorrido a pie por ellos. Hay que destacar al Circuito Mágico del Agua en el Parque de la Reserva, obra de 13 piletas y luces por un valor de US$15 millones y que, pese a las críticas iniciales, hoy recibe entre 9 mil y 20 mil visitas los fines de semana.
También se ofreció establecer un plan interdistrital para evitar invasiones, pero siguen en San Juan de Lurigancho y Carabayllo.
Un acápite: el mercado de Santa Anita, invadido en el 2002, fue recuperado en el 2007 en una gigantesca operación policial y se espera que en diciembre concluyan las obras para lo que será el principal centro de abastos de Lima. Según Castañeda, a inicios del 2011 se trasladará allí a los comerciantes de La Parada.
SEGURIDAD
43% de entrevistados dice que la seguridad ciudadana empeoró.
Lima concentra casi dos tercios de la actividad económica del país. Este desarrollo la ha convertido en escenario predilecto de bandas de asaltantes, secuestradores y “marcas” que, según el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (Conasec), en los cinco primeros meses del año perpetraron en la ciudad el 44% de los delitos registrados en todo el país.
“Si bien la cifra es menor con relación al mismo período del 2009 [47%], la percepción de inseguridad y el número de delitos han crecido. Solo en lo que va del año la Policía Nacional ha registrado 32.925 denuncias en Lima. Un año antes fueron 30.539”, refiere Eduardo Pérez Rocha, secretario técnico de Conasec.
Para Carlos Romero, especialista en seguridad de Ciudad Nuestra, este repunte delictivo se explica por la falta de un liderazgo que articule los planes distritales con los de la policía. “El alcalde metropolitano no quiso asumir la seguridad ciudadana para toda la metrópoli, pese a que está comprometido por ley [Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana, 2003]”, comentó.
Ocho años atrás, Castañeda se ganó críticas por no tomar en cuenta el informe redactado por el ex jefe de la Policía de Nueva York William Bratton, a pedido del entonces alcalde Andrade, y que costó a la comuna US$40 mil.
En su lugar, creó el patrullaje mixto (policías y serenos) y entregó dos iniciativas legislativas sobre penalización por reincidencia y vagancia, y sobre facultades de las comunas para aplicar sanciones administrativas.
Otro plan fue la creación del Serenazgo sin Fronteras, lanzado en febrero del 2009. Este permitió la coordinación entre serenazgos de ocho municipios con los que limita el Cercado: San Martín de Porres, Pueblo Libre, Rímac, Lince, El Agustino, La Victoria, Jesús María y Breña. “Fue una idea buena, pero no se repite en otras zonas. Por el contrario, la integración de esfuerzos entre la PNP y municipios es una tarea pendiente”, opinó Romero.
Según Ciudad Nuestra, la percepción de los limeños sobre el serenazgo es mejor que la de la policía porque las comunas invirtieron en personal, radios y vehículos. En el Cercado, hay 70 motos y 100 bicicletas, aunque Castañeda enfatizó que su enfoque de seguridad ciudadana tenía más relación con recuperar espacios públicos.
DESARROLLO SOCIAL
Desde abril del 2003 la gestión de Castañeda se asoció a los hospitales de la Solidaridad, programa que empezó con 50 consultorios itinerantes y que, a la fecha, cuenta con 30 locales en Lima. Estos funcionan en alianza con el sector privado: la municipalidad cede el terreno, da seguridad, lo publicita y regula las tarifas; mientras que el médico aporta con equipos y cobra por la cantidad de pacientes que recibe. Se atiende a 50 mil personas cada día.
Niños y adolescentes que trabajan y adultos mayores fueron favorecidos con la creación de programas sociales y la construcción de albergues municipales, mientras que, a través de las divisiones de seguridad alimentaria y los centros comunales, se realizaron charlas sobre nutrición, ferias y consultorios, y se logró que el Cercado figure entre las 22 comunas que cumplen con entregar al MEF la información sobre los beneficiarios del Vaso de Leche.
MEDIO AMBIENTE
62% de limeños cree que mejoró el cuidado del medio ambiente.
Siete pulmones verdes rehabilitados con canchas deportivas, viveros, juegos y algunos con piscinas o lagunas artificiales. Se trata de los clubes zonales Manco Cápac (Carabayllo), Sinchi Roca (Comas), Lloque Yupanqui (Los Olivos), Cápac Yupanqui (Rímac), Cahuide (Ate), Huáscar (Villa El Salvador) y Wiracocha (San Juan de Lurigancho), a cargo del Servicio de Parques de Lima (Serpar).
Según Ciudadanos al Día (CAD), estas obras son destacables porque revalorizan los terrenos de los antiguos parques y generan ingresos para su mantenimiento. No obstante, para el Grupo de Emprendimientos Ambientales (GEA), la recuperación de los clubes es insuficiente, ya que el promedio de áreas verdes por habitante aún es de 1 m2, cuando los estándares internacionales sugieren de 8 m2 a 15 m2.
Erick Reyes, vicepresidente de la Sociedad de Urbanistas del Perú, también es crítico: “Se descuidaron temas como la contaminación en la Costa Verde por el emisor de La Chira. Sucede lo mismo con los balnearios, que siguen eliminando aguas servidas en silos que contaminan la napa freática o van directo al mar”.
El ineficiente recojo de la basura se enfrentó con la contratación de empresas privadas, como Relima, cuya labor es más eficiente en el Centro Histórico que en zonas limítrofes; en tanto que se erradicaron seis botaderos informales y se inició el Plan Metropolitano de Arborización. Hubo pocos avances en la protección de áreas naturales, como los Pantanos de Villa y la Costa Verde.
RECURSOS Y GESTIÓN
72% afirma que mejoró la construcción y mantenimiento de pistas.
Según el portal del MEF, en el 2003 se recaudaban S/.650 millones y hoy la cifra bordea los S/.1.200 millones. Una mejora en la recaudación, convenios e impuestos han permitido que las arcas municipales estén más llenas.
El principal ingreso es el cobro por peaje: en el 2009 se recaudaron S/.179’945.000 en las 12 garitas de Emape, 40% del total de lo que obtiene el concejo por tributos. Como por ley lo recaudado por peaje solo puede ser destinado a obras viales, en el segundo período de Castañeda un tercio del presupuesto se destinó a obras en transporte (vías, escaleras solidarias, Metropolitano, viaductos, etc.), y otro tanto para mantener el aparato estatal.
Antes de dejar el cargo, Castañeda aseguró tener dos razones para estar tranquilo ante una eventual auditoría: primero, porque ha sido fiscalizado por la contraloría; segundo, al obtener la clasificación de riesgo triple A en el mercado de capitales, la banca supervisa el uso de los recursos.
La contraloría, en efecto, auditó sin sorpresas más de 30 obras. Sin embargo, 134 proyectos valorizados en más de S/.1.000 millones fueron ejecutados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y otros más con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops), y ninguno es fiscalizado por el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), pues estas entidades no se rigen por normas nacionales.
El concejo dice que recurren a ellas porque el sistema estatal es burocrático y, pese a que ya se ha cuestionado el incremento del presupuesto en ocho obras (vía expresa Grau, Metropolitano, etc.), asegura que el error está en comparar las cifras estimadas en los estudios preliminares con el presupuesto de inversión final.
Para el especialista en derecho municipal Marco Tulio Gutiérrez, si bien existe la Escuela Metropolitana de Participación Vecinal, los habitantes no muestran suficiente interés en saber en qué se destina el presupuesto de Lima. “Ha faltado mayor comunicación desde los gerentes hasta el alcalde; desde un trámite hasta el plan de desvíos de una obra”, dijo.
Un informe del Consejo de la Prensa Peruana indica que si bien la web del concejo cuenta con información presupuestal, incumple la Ley de Transparencia porque no difunde todos los proyectos de inversión, contrataciones o compras realizadas.
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