Y vamos cerrando el día de hoy el blog, así que trataré de encontrar las noticias, resultados o entrevistas para dejar esta bitácora electoral con buen material de consulta (bueno, espero que así lo consideren ustedes). Y comienzo con esta entrevista realizada por Milagros Leiva Gálvez de El Comercio (¡saludos Milagros!) al reciente elegido Presidente de la República, Ollanta Humala Tasso que vale la pena revisar:
Tiene 48 años, está casado y es padre de tres hijos. El próximo gobernante quiere derrotar el terrorismo, reconciliar a los peruanos y hacer una real transformación en la educación.
“Ven rápido, quizá Ollanta te dé la entrevista”. Ese fue el mensaje que recibí a las cuatro de la tarde. Miércoles 8 de junio. El presidente electo Ollanta Humala recibía a congresistas, empresarios y autoridades en el hotel Los Delfines y entrevistarlo era un imposible. Salí disparada. En el hotel, Blanca Rosales, la mujer que ha sido su principal asesora cuando se trata de enfrentar a la prensa, me anunció que no tenía mucho tiempo. Estaba prevista la llegada del presidente del Congreso, del embajador de Nicaragua, del equipo de transferencia.
En la mañana habían estado la alcaldesa de Lima Susana Villarán y los empresarios. El presidente electo partía a Brasil esa misma noche. “Tienes solo treinta minutos”, me dijo Blanca y la miré apenada. Acostumbrada a conversar con los políticos más de una hora, tomé decisiones en segundos. ¿Qué debía hacer? ¿Una entrevista absolutamente política con el hombre que acababa de pedir tranquilidad después del cierre de la bolsa? ¿Preguntar por enésima vez por su hoja de ruta? ¿Por las inversiones prometidas? ¿Escoger preguntas que revelen la personalidad de quien gobernará a los peruanos hasta el 2016? Elegí el último camino. Cuando ingresé a la habitación, encontré a un hombre absolutamente feliz. Parecía un niño viviendo un sueño. Cansado, pero relajado.
“Presidente, treinta minutos no son nada”, le dije cuando cortaron implacables la conversación. Humala sonrió y me prometió más tiempo después del 28 de julio, con los anuncios oficiales. Esta es la primera entrevista que brinda a El Comercio como presidente electo. Este es el hombre tres días después de su victoria.
¿Cómo está? Primero que nada felicitaciones por su triunfo.
Muchas gracias, estoy bien. Me estoy adaptando al cambio. Es algo nuevo para mí, es la primera vez que soy presidente de la República y estoy tomando contacto con todas las fuerzas políticas y productivas del país con la intención de generar paz, calma y voltear la página de las elecciones. Ya no quiero analizar el tema de los agravios. No ayuda.
Muchas peruanos no le creen y temen. ¿Tiene algún mensaje para quienes siguen durmiendo pensando qué hará Ollanta Humala?
Mi mejor mensaje serán mis hechos. Yo no quiero que me regalen la confianza. Sé que la luna de miel será mínima, sería un iluso si pensara que me van a dar tres meses de tolerancia. El pueblo tiene mucha demanda embalsada, mucha expectativa. Yo he visto demasiada desigualdad. Como soldado he vivido en zonas tan pobres que uno piensa aquí ni Dios pasó. Las circunstancias me llevaron de la carrera militar a la política y de la política a la presidencia. Cuando me invitan al retiro en el 2005, yo pido mi reincorporación, el ministro de Defensa me la negó, si eso no hubiera pasado seguiría en el Ejército. Así es el destino.
¿Por qué le dieron de baja? Toledo me dijo que fue porque hizo proselitismo político en París.
Me invitan al retiro por renovación de cuadros. Me agradecen y me dicen que deben renovar… Después me han dicho que se me relacionó mucho con el periódico de mi hermano Antauro.
Con “Ollanta”...
Sí, ese periódico atacó mucho al comandante del Ejército.
Y también al presidente Toledo.
Claro… además yo envié una carta al comandante general para señalar que su asunción no correspondía porque tenía una serie de procesos. Señalé con respeto que como general tenía problemas de carácter ético y moral, que debía dar un paso al costado. Fue tomado como una carta irreverente.
Como una rebelión…
De alguna manera.
Entonces, Toledo le ha hecho dos favores, primero le dio de baja y luego le dio la presidencia.
Ja, ja, ja. Su apoyo ha sido importante, no sé con cuántos puntos me ha ayudado, pero lo valoro y lo agradezco. Mi gratitud es para todos los peruanos que se la jugaron en una campaña de miedo.
El congresista José Vargas acaba de decir que Alan García debe indultar a Alberto Fujimori, sabemos que no se puede en casos de lesa humanidad y solo en casos extremos de salud. Le pregunto nuevamente. ¿Si en algún momento del partido Fujimori estuviera muy enfermo, lo indultará?
Sí le daría el indulto por razones humanitarias. Nadie tiene por qué morir en la cárcel, salvo los que tienen cadena perpetua por haber abusado de los menores de edad.
Salvo Abimael Guzmán…
Es un tema muy controversial, ¿no? El daño que hizo Abimael Guzmán al Perú es irreparable.
¿Debe morir en la cárcel?
Yo no soy quien tiene que decir eso, yo creo en la justicia. Él no tiene cadena perpetua, le han puesto una serie de años y deberá cumplir su sentencia. No voy a entrar en suposiciones porque crea incertidumbre. No viene al caso.
En su cierre de campaña dijo que no permitirá el retorno del terrorismo. ¿En su gobierno se solucionará el problema del VRAE?
Sí, ayer llamé al presidente del Comando Conjunto para ver el tema, más aun cuando me enteré de la muerte de cinco suboficiales. Al presidente del Comando Conjunto le he explicado que siempre deberá haber un responsable por cada fallecido. No aceptaré emboscadas a los miembros de las Fuerzas Armadas y que no exista ningún responsable desde el planeamiento hasta la ejecución. Es inaceptable. Vamos a pacificar. El Comando Conjunto tiene un plazo perentorio para pacificar. Que me diga cuándo voy a ir a izar el pabellón nacional en Vizcatán.
Usted no entra en vainas…
Las cosas se tienen que decir con claridad. Bastante daño nos hacen como para seguir permitiendo muertes. Ya está notificado el Comando Conjunto. Hay voluntad política y que me digan cuáles son las necesidades, los apoyaré y daré medios, pero pido reciprocidad. Quiero resultados.
¿Cómo quiere ser recordado?
Quiero que me preguntes eso el 28 de julio del 2016. Aspiro a cumplir las promesas que le he dado al país, sé que todo no es posible, pero vamos a hacer todo el esfuerzo para curar las fracturas del Perú. En plena campaña se han mostrado el racismo y el clasismo. Los poderes económicos quisieron imponer sus intereses sobre las urnas, sobre la voluntad del pueblo. La campaña del miedo fue feroz. Todo eso tenemos que curarlo y la mejor manera es desarrollando el país, llevando el Estado al interior, a las provincias.
¿Qué otra transformación busca?
Quiero hacer una transformación en la educación, estoy convencido de que la única herramienta que nos llevará al desarrollo es la educación. Eso haré.
¿Me puede contar en qué momento de la campaña dijo ya le gané a Keiko Fujimori?
Ja, ja, ja, el día domingo.
No pues, cuénteme detalles…
Lo que viví en la etapa electoral fueron etapas. El año pasado con las encuestas se creó la ilusión de que ya existía un presidente. Ya estaban hablando de que se ganaba en primera vuelta.
Alejandro Toledo decía eso. ¿Cree que lo subestimaron?
Sí, me subestimaron. En diciembre los medios y las encuestas celebraban el triunfo de un candidato. En febrero la gente se da cuenta de que deben elegir un presidente y leen que casi ya se ha elegido, pero a ellos nadie les ha consultado. Frente a una sola opción, el pueblo dice a mí nadie me va a imponer un candidato.
¿Por qué ganó Ollanta Humala?
Gané porque empaté con el pueblo peruano, porque tuve propuestas concretas que no se cambiaron ni desvariaron. Sintonizamos bien. Fuimos coherentes, tercos con la Pensión 65, con el tema del gas, con el mensaje de cambio. Nos hemos mantenido como oposición y no participamos del poder, y la voz del pueblo fue que se necesita un cambio. ¿Si estabas cogobernando con el Apra, qué cambio podías ofrecer?
Bueno también lo ayudaron las metidas de pata de los otros candidatos. Toledo pecó de arrogante. Castañeda tenía Comunicore, Keiko los pasivos de su padre…
En toda competencia uno cuenta con lo que en el argot militar se llama “el general invierno”.
¿Qué es “el general invierno”?
Las condiciones externas que se presentan, lo que sucede, los errores del adversario.
¿Se olvidaron de que usted había sido militar? ¿De que usted ha sido entrenado para pelear?
Ja, ja, ja, creo que sí. Justamente en la invasión napoleónica a Rusia el general invierno salvó al ejército de Kutúzov frente al ejército de Napoleón.
¿Y cuál fue su batalla más difícil?
Generar confianza en mi partido, en la militancia. A pesar de que las encuestas nos ponían en 8% y de que un sector dentro del partido señalaba que nos estábamos saliendo del mensaje del 2006, que nos estábamos pegando al centro, yo seguí. Teníamos un sector que planteaba radicalizar el discurso, pero nosotros mantuvimos el timón firme en la tormenta. El resultado de la primera vuelta fue un voto de confianza del pueblo.
¿Se maquilló o de verdad cambió su discurso radical?
¿Quién se puede maquillar cinco años? No es posible. En la política yo he aprendido a golpes, en la calle. Estudié una Maestría en Ciencias Políticas, pero eso es teoría. Lo concreto es cuando te vas al mercado de Sullana o de Puente Piedra y conversas con la gente.
Hugo Chávez se enteró de su triunfo y dijo que es el inicio de una nueva era, Ortega se frotó las manos, Morales dice que Sudamérica ya es roja. Prácticamente han dicho: Ollanta es nuestro.
Yo tengo un mandato por cinco años y ni un minuto más, mi jefe es el pueblo peruano.
¿Entonces que Chávez se olvide de que usted es su buen soldado?
Yo soy soldado del pueblo peruano. Son los peruanos quienes me han dado el mandato e incluso voy a proponer el derecho a la revocatoria. No acepto el cheque en blanco que se le da al presidente de la República, entiendo que el pueblo peruano es el soberano.
¿En el espectro político de América Latina dónde se instala?
Soy una oportunidad para aglutinar a los sectores de izquierda que nunca llegaron al gobierno y que programáticamente se pueden unir a sectores empresariales que ya trabajan como nosotros como el señor Siomi Lerner y otros sectores de centroderecha como Perú Posible y Acción Popular y otras fuerzas que han convergido en este proyecto. Internacionalmente me ven como hombre de izquierda, en el Perú me ven como nacionalista. Yo he dicho que no soy izquierda ni derecha, yo soy de abajo en todo caso.
¿Usted y Nadine Heredia comienzan una nueva era como los Kirchner de Argentina? Es decir, primero usted y luego Nadine.
Ja, ja, ja, ¿quién dice eso?
En Facebook ya existe una página lanzando a Nadine para el 2016.
Ja, ja, ja. ¡Se pasan! Lo único que digo es que me den confianza, gobernaré cinco años y nada más, tengo palabra de honor. Gobernaré para el país, no tengo compromisos económicos.
¿No tiene compromisos con Brasil? Hay quienes temen que el imperio brasileño nos invada.
¿Cómo podrías gobernar honestamente un país si ya tienes compromisos establecidos? No tenemos compromisos con nadie. Sí tengo intereses en conseguir el mercado brasileño para los empresarios peruanos.
Entonces no es que las grandes hidroeléctricas y otras empresas serán tomadas por los brasileños.
No, para mí las inversiones tienen un estándar que hemos planteado, respeto a las comunidades, al medio ambiente, tributación que deben pagar como todos, generación de puestos de trabajo y transferencia tecnológica. Eso es para todos, sean brasileños, chilenos, estadounidenses…
El canciller García Belaunde dice que sería un grave error cambiar el equipo negociador de La Haya. Usted ha dicho que respetará la decisión de la corte, ¿qué pasará con este equipo?
Así como le he dicho al pueblo peruano que no quiero un cheque en blanco y pido que me fiscalice, de la misma manera no doy cheques en blanco. Quiero evaluar. Voy a convocar al responsable de este equipo, veré los avances y tomaré una decisión. Mi finalidad es mejorar la defensa de los intereses peruanos en La Haya y por ello reforzaremos, cambiaremos o ratificaremos el equipo. Lo que no quiero es compromisos previos. Yo no me caso con nadie. Si están haciendo bien su trabajo, serán ratificados.
Hace años entrevisté al presidente Portillo de Guatemala y le pregunté por su pasado guerrillero. Él había matado a dos personas y quise saber cómo lo había transformado ese acontecimiento. Usted ha sido soldado. ¿Alguna vez mató a un peruano?
Es probable. No lo sé. Cuando combatíamos con Sendero Luminoso, ellos se llevaban a sus heridos y a sus muertos y nosotros a los nuestros. Nunca abandonamos a un soldado herido o muerto porque sabíamos lo que les pasaba si los dejábamos en manos de estos terroristas.
¿A cuántos amigos cargó?
A muchos… En una de las bases, en el año 89 mataron al jefe de mi base… en el 90 también al jefe de base. Yo seguí… yo sobreviví…
¿Qué produjo todo eso?
Me produjo mucho dolor… discúlpame, pero me cuesta mucho hablar de esa guerra, cualquier soldado evita hablar de esto. Me causó mucho dolor… Lo he dicho: Yo no me siento orgulloso de haber combatido en las zonas de emergencia y no porque haya violado derechos humanos, sino porque ha sido una guerra entre peruanos. Es lo que más me duele.
Cuando surjan durante su gobierno las voces que le recuerden Madre Mía, qué fue lo…
Eso no es el fondo del tema, eso es una calumnia. El juez San Martín vio mi caso y salí absuelto, yo cooperé con la justicia, nunca esperé prescripciones o cosas por el estilo. A mí lo que me duele es que los peruanos nos agarramos a balazos. Unos sobrevivimos, otros no. Y todo sucedió por ideologizar las cosas en Latinoamérica. Por eso no quiero ideologizar bloques regionales ni nada parecido.
Si logra reconciliar al Perú, quizá pueda ser considerado el mejor presidente de nuestra historia…
Es mi objetivo. El Perú está muy dividido,hay una fractura histórica y en los procesos electorales salta todo, hay que sanar eso, hay que reconciliar. Lo voy a intentar.
¿Respetará a los periodistas incómodos?, ¿a los que no estemos de acuerdo con usted?
Por supuesto que sí, los voy a respetar aunque no corran conmigo.
Dígame una cosa final. ¿Ya tiene el nombre de su primer ministro?
Ja, ja, ja, Todavía, todavía. Sabía que lo preguntarías. Todo se anunciará a su debido tiempo.
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