domingo, 12 de junio de 2011

FERNANDO ROSPLIGLIOSI: BUENA CAMPAÑA, MALA CAMPAÑA

Y como penúltimo posteo les dejo la columna de Fernado Rospigliosi en el diario La República, la que bajo el título de Buena Campaña, Mala Campaña, analiza las virtudes y defectos realizados por Ollanta Humala de Gana Perú y Keiko Fujimori de Fuerza 2011 en las recientes elecciones presidenciales, cuya segunda vuelta tuvo un final de infarto:

Ollanta Humala ganó porque tuvo una excelente campaña, realizada por profesionales. Keiko Fujimori perdió porque tuvo una pésima campaña, conducida por aficionados.

Esta verdad tan sencilla es ignorada por la mayoría de los políticos peruanos que todavía no entienden que las campañas, como la mayoría de las actividades de la vida, requieren de expertos en la materia.

El gran acierto de Humala, o de alguno de sus asesores, fue contratar a los consultores brasileños. Y hacerles caso.

Su primera tarea fue cambiarle la imagen, de radical chavista a moderado lulista. No solo fue el programa sino también la vestimenta –pasó del polo rojo al terno y la corbata–, el discurso y los gestos, como el de visitar al cardenal.

Muy importante, Humala, a diferencia de otros candidatos, acató disciplinadamente todas las recomendaciones de los expertos.

Las barreras

Humala tenía muchos flancos débiles y le construyeron barreras para protegerlo de los ataques. Al día siguiente de la primera vuelta, Humala ya estaba en movimiento, abriéndose hacia aquellos que lo rechazaban y atacaban. Conquistó innumerables apoyos.

Humala era ampliamente considerado un seguidor de Hugo Chávez, cuando no una marioneta del dictador venezolano. Pero consiguió el entusiasta respaldo de Mario Vargas Llosa, el más feroz y consistente crítico de Chávez. Los ataques a ese flanco no le hacían ya tanto daño.

Humala es un golpista antidemocrático que trató de derrocar, en complicidad con su hermano Antauro, al gobierno de Alejandro Toledo con la asonada de Andahuaylas, como se encargó de recordar reiteradamente Jaime Bayly. Pero logró el incondicional apoyo del propio Alejandro Toledo. Las acometidas por ese lado no eran tan eficaces.

Humala es un violador de los derechos humanos. Cometió atrocidades en Madre Mía, denunciadas en su momento por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH). Pero obtuvo el respaldo de todas las organizaciones defensoras de los DDHH, que enmudecieron repentinamente respecto a los crímenes de Humala e hicieron campaña recordando los latrocinios del padre de su rival.

Así, la campaña de Humala neutralizó buena parte de los asaltos de sus adversarios, cerrando las brechas con la ayuda de sus antiguos críticos.

Negativa

Los asesores brasileños reaccionaron con rapidez al final de la campaña para socavar las fortalezas de Keiko Fujimori. Las encuestas mostraban que ganaba en mujeres y jóvenes. La campaña de Humala puso en el aire dos spots dirigidos específicamente a esos sectores (el de jóvenes era muy bueno). Y al final desarrolló una implacable campaña negativa con el caso de las esterilizaciones.

Antes habían tenido también varios spots negativos contra Keiko, con similar contenido pero variando personajes: un bodeguero, un ama de casa en la cocina.

El debate, una semana antes de la elección, fue favorable a Humala por la sencilla razón de que puso un solo tema, negativo: Keiko es igual a su padre, su gobierno sería una repetición de los 90. Lo repitió muchísimas veces, única manera de que quede grabado en la mente de los millones de electores. Keiko dijo quince o veinte cosas distintas. No quedó nada.

Encerrada

La principal debilidad de Keiko en la segunda vuelta era lo que fue su fortaleza en la primera: el recuerdo de la década de 1990, su identificación con Alberto Fujimori. Necesitaba abrirse a sus críticos. No lo hizo. Permaneció encerrada en el mismo círculo.

La crítica de sus adversarios era creíble porque estaba rodeada de la misma gente de los 90. Peor aún, varios eran políticos torpes que cometían gruesos errores y tenían que ser sacados de la escena.

La campaña de Keiko no hizo nunca el más mínimo esfuerzo por abrirse. Su única conquista fue Hernando de Soto. Y la última semana, cuando ya era muy tarde, PPK, Luis Castañeda, Meche Aráoz.

Pero, finalmente, todas son personas afines a Keiko. Lo que ella necesitaba, sobre todo, era gente del otro extremo. Lo que hizo Humala, pero a la inversa.

Aficionados

La publicidad de Keiko fue mediocre y jamás reaccionó con rapidez ante los acontecimientos. La culpa no la tienen los publicistas sino la campaña. Contratar publicistas comerciales para una campaña política es uno de los errores más frecuentes de los candidatos.

La raíz del error de Keiko puede deducirse, es muy común. Ella llegó a la segunda vuelta casi sin hacer nada, con los votos del padre. Pero creyó que era por su buena campaña. Se quedó con los aficionados que la asesoraban, suponiendo que eso bastaba. Pero, como se demostró, para enfrentar a profesionales se requieren profesionales.

Lo estrecho del resultado evidencia que con algo de mejor campaña el desenlace hubiera sido diferente.

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MARTÍN TANAKA ANALIZA EL ANTES Y DESPUÉS DE LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES

Nuestro penúltimo posteo está dedicado al análisis realizado por el Politólogo Martín Tanaka sobre el antes y después de las elecciones presidenciales y publicado en su columna del diario La República bajo el título de Catástrofes e Inercia:

Esta semana empezó con un pequeño amago de “pánico financiero”, para, apenas dos días después, terminar con expresiones de confianza en el futuro del Perú por parte de la elite empresarial. Esto es expresivo de lo poco capaz que es un sector de esa elite de entender lo que sucede en el país, al punto de ir en contra de sus propios intereses. Es como que por un momento se hubieran creído las exageraciones, distorsiones y embustes que alentaron durante la campaña electoral, para dos días después recuperar la cordura y entender que lo que corresponde es buscar aproximaciones y consensos con el presidente electo.

Durante la campaña se expresaron temores legítimos sobre un eventual gobierno de Ollanta Humala. Lo importante es que el candidato los oyó, modificó su plan de gobierno, amplió su convocatoria, y ha sentado las bases para un gobierno que, sin renunciar a su vocación reformista, reconoce no contar con un respaldo mayoritario propio. En realidad, creo que el peligro con el futuro gobierno de Ollanta Humala no estaría tanto en la implantación de una estrategia de confrontación que propicie una ruptura del orden constitucional y lleve a un cambio radical en el rumbo de la economía. Más realista me parece pensar que podría tratarse de un gobierno entrampado por sus límites y contradicciones internas: estamos ante un presidente sin mayor experiencia política, sin ninguna experiencia de gestión pública, sin un partido político propiamente dicho, sin un entorno político consolidado a lo largo de los años.

Tenemos un presidente que llegó al poder inesperadamente después de una suma de accidentes y gracias a una gran voluntad política, que supo aprovechar las oportunidades que se le presentaron, que ha tenido que ir construyendo sobre la marcha un proyecto que ha juntado varias capas de entornos y relaciones disímiles, partiendo de un núcleo más militante y de izquierda, hasta llegar a un conjunto de profesionales y técnicos independientes. Que además ha despertado grandes expectativas, que enfrenta fuerzas que empujan al radicalismo y otras hacia la moderación.

Diversos analistas han hecho comparaciones entre el posible rumbo del gobierno de Humala con la trayectoria de presidentes como Chávez, Morales, Correa y Gutiérrez. Tal vez la comparación más cercana sea con Alejandro Toledo: un gobierno que encarnó una gran promesa de la democratización social y política después del fujimorismo, pero que pagó el precio de las indefiniciones del presidente, de iniciativas contradictorias de grupos diversos, que dieron lugar a constantes marchas y contramarchas. En lo que sí puede terminar pareciéndose a los presidentes mencionados es en que la pura voluntad política reformista puede naufragar por la debilidad en las capacidades de gestión y de implementación de políticas, no solo por la acción de los opositores. El problema de que prime la inercia que marca la ineficiencia del sector público.

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FEDERICO SALAZAR (LA REPÚBLICA): "PERÚ POSIBLE DEBE DEJAR GOBERNAR A OLLANTA HUMALA"

El columnista del diario La República, Federico Salazar, analiza bajo el título Narcisismo Político, la participación de Perú Posible dentro de la campaña electoral y cuál debe ser su posición ahora que Ollanta Humala (a quien le dieron su apoyo) va a gobernar por los cinco años siguientes:

Las elecciones las ganó Ollanta Humala. En el último tramo contó con la adhesión de Alejandro Toledo, de Perú Posible. Es difícil, sin embargo, medir su aporte en número de votos.

Alejandro Toledo hizo declaraciones en contra de votar por Keiko Fujimori. No tuvo una pauta televisiva o de prensa. No prestó su maquinaria partidaria, que se sepa.

Resulta extraño, por eso, que ahora se hable de un “apoyo sin ambigüedades” de Perú Posible a Gana Perú. Ese apoyo quiere decir: obtener cargos en el próximo gobierno. Un “aporte de técnicos” es, en realidad, una toma de puestos públicos.

Si eso sucede, sería una señal, al inicio del gobierno, de la más tradicional y oblicua manera de hacer política. Lo que Perú Posible quiere vender como “seriedad” y “compromiso” no es sino cambalache y contraprestación.

De manera explícita el electorado rechazó que Alejandro Toledo y su partido participen en el gobierno. Se les dejó fuera de carrera porque los electores no los quisieron ni siquiera como participantes de la segunda vuelta.

En vez de ponerse a pensar en qué fallamos, qué debemos mejorar, cuáles son los temas que pide el electorado, Perú Posible se ha dedicado a otra cosa. Se ha concentrado en buscar técnicos para colocar en el gobierno de Ollanta Humala.

Si esto se produce, la ecuación no resulta muy democrática. “Te apoyo en las elecciones, me das tantos puestos en el gobierno”. El apoyo electoral se realiza a expensas de los participantes; la paga, en cambio, en términos, a expensas del erario.

Después de dos campañas electorales en las que obtuvo siempre varios millones de votos, es absurdo pensar que Gana Perú no tiene los técnicos. Si hay un partido con ideología definida y cuadros armados, es Gana Perú.

Aunque ajustada, Gana Perú obtuvo la victoria electoral; por eso, Gana Perú debe gobernar. ¿Acaso Perú Posible debe salvarnos de Gana Perú?

Lo peor que le puede pasar al Perú es que, por falta de compromisos de Perú Posible o de las fuerzas políticas, detenga su crecimiento o desarrollo”, ha dicho Juan Sheput, Secretario Nacional de Política de Perú Posible (Perú 21, 11/6/11).

Sin nosotros, no van a poder gobernar”, es lo que viene a decir. Este narcisismo no tiene fundamento. Al contrario, fue claramente descartado por los electores. ¿Cómo así lo tenemos de vuelta?

Yo le diría a Perú Posible: dejen gobernar a Ollanta Humala. El Perú no se va a detener porque ustedes no obtengan unos puestos en la administración pública.

Que mande el electorado, no el que arregla tras bambalinas.

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martes, 7 de junio de 2011

EL PAÍS (ESPAÑA): EL NUEVO PRESIDENTE RECIBE UN PAÍS SACUDIDO POR DUROS CONFLICTOS SOCIALES

Y seguimos con artículos internacionales sobre el resultado de las elecciones a favor de Ollanta Humala de Gana Perú frente a Keiko Fujimori de Fuerza 2011 en segunda vuelta y sobre el momento actual del Perú. Los enviados especiales de el periódico español El País de España, F. Gualdoni y J. Cordero, que en su artículo El nuevo presidente recibe un país sacudido por duros conflictos sociales destacan el hecho de que la explotación minera y mal reparto de la riqueza alimentan la protesta indígena (Nota del Blog: No por nada esta foto publicada en el diario español resume nuestra realidad, el pueblo quiere cambio, quiere recibir oportuniades y satisfacciones por su trabajo "para la patria").

Hay más de 230 conflictos sociales activos o latentes en Perú, la mayoría en áreas rurales pobres que han quedado marginadas del enorme crecimiento económico que disfruta el país desde hace un decenio gracias en gran parte a las exportaciones de minerales, cuyos precios se han disparado ante el apetito de China. Más de la mitad de esos conflictos involucran a la comunidad indígena, tienen que ver con una protesta por una explotación minera y generan violencia.

Cientos de miles de inversiones han sido congeladas hasta que el Gobierno resuelva estos conflictos e incluso parte de los 40.000 millones de dólares que las empresas extranjeras ya se han comprometido a desembolsar en el país andino está en revisión. Todos estos conflictos ejercerán una enorme presión sobre el Gobierno del presidente electo Ollanta Humala, tanto desde el punto de vista político como del gasto público, porque los votos de los lugares donde se producen han sido clave en la victoria nacionalista en las elecciones del domingo.

Las comunidades indígenas tienen sus razones para oponerse a las concesiones mineras o forestales. El sector contamina mucho, apenas genera mano de obra directa en la zona de explotación, y para colmo el Estado peruano ha demostrado ser bastante ineficiente a la hora de revertir en las áreas más pobres el dinero que recibe de las empresas a través de los impuestos.

La combinación ha creado bombas de relojería que ninguno de los dos anteriores Gobiernos, el de Alejandro Toledo y el saliente de Alan García, han sabido desactivar a tiempo.

El caso más trágico se produjo justamente hace dos años, el 5 de junio de 2009, cuando una protesta indígena que llevaba dos meses sin ser resuelta estalló en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad en el que murieron 33 personas, 23 de ellas policías. Fue en Bagua, en la región de Amazonas, y se la recuerda como el Baguazo.

El detonante fueron unas leyes forestales y del uso de la tierra del cultivo que pretendían estimular las inversiones en la zona. Los indígenas reclamaron su derecho a ser consultados antes de que se aprobase cualquier proyecto dentro de sus tierras y el Gobierno se resistió a la petición.

Dos años después, poco ha avanzado el Ejecutivo de Lima para evitar sucesos similares. Con preocupante regularidad se producen bloqueos de carreteras, manifestaciones violentas y huelgas. La más reciente, que amenazó incluso la campaña electoral, está latente en la región de Puno, limítrofe con Bolivia. Los pobladores de diferentes zonas bloquearon carreteras, asaltaron edificios públicos y cometieron saqueo. Exigen que toda su región sea declarada libre de actividades mineras y petroleras. El Gobierno consiguió una frágil tregua.

En abril pasado, las persistentes protestas en la provincia de Islay, en Arequipa, obligaron al Ejecutivo a cancelar el proyecto Tía María de la empresa estadounidense Southern Copper. Lima objetó el informe del impacto medioambiental de la explotación minera cuando la firma ya había invertido más de 430 millones de dólares, la mitad de lo previsto.

Hace más de un año, el Congreso aprobó una ley que obliga a consultar a los indígenas antes de aprobar nuevos proyectos, pero la norma fue rechazada por el Ejecutivo, que la devolvió al Parlamento.

Desde entonces, el proyecto legal está en el aire. El congresista humalista Javier Díez Canseco declaró ayer que Humala abrirá una vía de diálogo con las comunidades para que haya un interlocutor válido para frenar los conflictos antes de que acaben en tragedia.

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domingo, 5 de junio de 2011

STEVEN LEVITSKY: "NO VEO UNA CRISIS POLÍTICA PROLONGADA TRAS LA ELECCIÓN"

Mientras esperamos los resultados electorales oficiales de la ONPE, es bueno que vayamos leyendo algunos informes y/o entrevistas interesantes sobre el tema de la segunda vuelta, y tengo esta entrevistadel periodista Marco Sánchez de La República a Steven Levitsky, analista político, Politólogo y profesor de la Universidad de Harvard, quien sostiene que el nuevo gobernante deberá fortalecer el Estado y actuar como demócrata.

¿El lunes el Perú amanecerá más fragmentado?

No creo que el país esté demasiado fragmentado. La movilización social es local, puede haber conflictos sociales en algunas partes del país, pero no hemos visto en años un nivel alto de movilización social. Tampoco es probable una crisis política prolongada tras esta elección.

¿Quien gane tendrá problemas de gobernabilidad por descontento social?

Eso sí, en un país con un Estado débil, polarización y con partidos débiles, la gobernabilidad siempre será complicada. Es cierto que el próximo gobierno será resistido por la mitad del país, pues hubo mala suerte en que definieran los dos candidatos más resistidos.

¿Por qué en el Perú la democracia no dura más de 12 años?

Porque tiene instituciones democráticas débiles. El control civil sobre los militares no está consolidado, ni la independencia del Poder Judicial; el Congreso es débil. Una democracia necesita 20 o 30 años para consolidarse, como en Uruguay, Chile o Brasil. Por eso es importante que un demócrata esté en el poder. Si llega una persona o fuerza que no tiene ese compromiso, las instituciones peligran.

¿Son probables los excesos autoritarios?

No creo que ocurra un autogolpe de Estado tipo 1992 ni dictadura chavista ni velasquista. Pero hay que preocuparse por el comportamiento de partidos que no respetan a las instituciones ni los derechos humanos, podría haber retrocesos. Pero nadie sabe qué hará el próximo presidente y un giro radical tiene riesgos altos.

¿Basta con estabilidad económica y crecimiento para garantizar la paz social?

No, porque el Perú tiene dos problemas profundos: desigualdad severa y un Estado muy débil, que existe solo en Lima. Además no hay partidos. Es difícil para cualquier gobierno lidiar con conflictos en el interior.

¿Existe un debate de derecha e izquierda en el país?

Sí, la izquierda es débil en el Perú por razones históricas y no se renovó. Pero hay demanda electoral de izquierda, no tanto en Lima, que es la capital más conservadora de la región, pero sí al interior.

¿La derecha es histérica? ¿Por qué siempre tiene presencia aunque no gane una elección?

La derecha perdió todas las elecciones, pero quienes las ganan gobiernan con ella y aplican sus políticas. Alberto Fujimori le ganó a la derecha el 90 y aplicó sus políticas. García el 2006 ganó a Lourdes y aplica lo mismo. La derecha aquí es de otro siglo porque pesa el liberalismo económico, se olvida su dimensión política y social, que valora los derechos humanos y las libertades fundamentales.

¿Cómo ve al Apra?

Como un partido chiquito. Si sacas a Alan García, queda un partido de 5,6 por ciento de votos, fuerte en el norte y casi nulo en Lima.

¿Por qué sostiene que García gobernó con pereza?

Porque la desigualdad es profunda y García tenía todo, crecimiento de 6 u 8 por ciento para construir un Estado fuerte, distribuir en el interior y crear políticas sociales fuertes. Nunca habrá momento mejor y García hizo casi nada. Contentarse con cifras macroeconómicas y gobernar en la costa, en un país con descontento social, es irresponsable.

¿El modelo autoritario competitivo en el que un solo líder tiene dominio total, puede regresar?

Claro y es mucho más probable que uno abiertamente autoritario: Un régimen con forma democrática, elecciones, prensa independiente y abuso sistemático del poder usando el PJ y comprando medios. En suma, jugar sucio, y es fácil por la debilidad de instituciones democráticas.

“Los partidos deben negociar acuerdos”

¿Cómo ve el comportamiento de los medios en campaña?

Poco profesional, los medios privados tienen derecho a su propia opinión, pero debe expresarse en su línea editorial, no en titulares, contenido ni investigación. La mayoría de medios importantes jugaron a favor de una candidata, hay cosas que solo ha investigado La República o medios internacionales. La mayoría de canales de TV no cumplieron su trabajo de investigar a todos los candidatos.

¿Qué le parece la frase “Los partidos apestan” de Kuczynski?

Eso fue irresponsable, porque PPK tuvo como aliados a partidos. Atacar es muy fácil, es populismo barato. Alguien responsable no diría estupideces sobre la economía, tampoco debe decir cosas que afectan la democracia. Los partidos hay que fortalecerlos.

¿La gestión en el Congreso, con 14 partidos representados, será un problema?

Un desafío para la gobernabilidad. En ciencia política se creía que una fragmentación así dificultaba la gobernabilidad si el Presidente no tiene mayoría en el Congreso, pero no es tanto así. En cambio sí es un problema que los partidos sean tan débiles y que después sus integrantes los abandonen y haya congresistas libres y fáciles de comprar; cualquier gobierno podría hacer algo parecido. Lo mejor es negociar acuerdos entre partidos en vez de reclutar.

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viernes, 3 de junio de 2011

REVISTA CARETAS: PAPÁ, ¿QUÉ ES LA IZQUIERDA?

Mirko Lauer, Martín Tanaka y Jaime de Althaus barajaron las antagónicas respuestas a esta simple pregunta –inicialmente formulada por una perspicaz adolescente, hija del ex presidente del BCR, Richard Webb– entre políticos, periodistas, funcionarios, empresarios y sindicalistas, hechas públicas por el Instituto del Perú de la Universidad de San Martín de Porres, el miércoles 1. A juzgar por los resultados, hasta en el seno de la propia familia Kuczynski se cuecen habas. Leer para creer.

GARCÍA, Alan
Presidente del Perú 1985-90 y 2006-11.
“La verdadera izquierda es la que da agua, electricidad, títulos de propiedad, la que hace asfalto, la que permite vincular todos los pueblos de la lejana serranía o de la inhóspita selva, esa es la verdadera izquierda, no la que habla, la que declama”.
Diario Gestión, 24 octubre 2010.

KUCZYNSKI, Pedro Pablo
Candidato a la Presidencia de Alianza para el Gran Cambio.
En el lenguaje político “ser de izquierda” significa que uno quiere ayudar a los pobres. Lamentablemente, todo lo que este grupo propone para “ayudar” a los pobres los va a rezagar: impuestos altos, nacionalizaciones, mitos de industrias estatales. El problema viene de la derecha, quienes quieren mejorar su “imagen” y no han hecho nada significativo.

KUCZYNSKI, Miguel
Economista, profesor de la Universidad de Cambridge, hermano de PPK.
Ser de izquierda es favorecer la seguridad de bienestar colectivo básico más que la autonomía individual, el impuesto a la renta más que el impuesto al consumo, y un perfil más alto del Estado en industrias básicas y en oferta a bajos precios de bienes colectivos, tales como educación, transporte, saneamiento y salud.

REY, Rafael
Candidato a la Primera Vicepresidencia del Perú por Fuerza 2011.
Erróneamente se ha identificado con la “izquierda” la preocupación por los problemas sociales, por las necesidades de la gente necesitada. En mi opinión, esa necesaria preocupación por la justicia social no descansa en una determinada orientación política sino en un mandato de la moral. Es un deber humano tenerla. Hay gente que se define de izquierda que no la tiene y gente que se define de derecha que sí la tiene. Así que, suponiendo igualdad de rectitud, de honestidad y de preocupación “social”, la diferencia fundamental entre un político de izquierda y uno de derecha estriba en las ideas sobre el camino para solucionar los problemas sociales. De ordinario la izquierda propone medidas que suenan bien pero que no solo no funcionan, sino que producen efectos contrarios a los que persiguen, y la derecha propone medidas que no suenan bien pero funcionan.

SAGASTI, Francisco
Director del Programa Agenda: Perú.
Ser de izquierda es tener fe en la capacidad de los seres humanos de mejorar su propia condición. Es creer que iniciativas conjuntas e intervenciones deliberadas abren oportunidades para que todos desarrollemos plenamente nuestro potencial.

FAVRE, Julio
Presidente de CONFIEP 2001-02.
La izquierda es una posición contraria o enemiga de las inversiones, o una pose política de “figuretismo” (los caviares) en que se quiere utilizar la debilidad de la democracia para acceder a ella y desde adentro destruirla o hacerla más “popular”.

DIEZ CANSECO, Javier
Congresista electo de Gana Perú, fundador del Partido Unitario Mariateguista (PUM).
Para la derecha y sus medios, en plena guerra mediática, es igual a totalitario, antidemocrático, enemigo del mercado y de la inversión, de la propiedad privada. Para mí significa solidaridad; promover intereses colectivos al interior de los cuales se desarrollan los individuos; forjar democracia participativa y comunitaria junto a la representativa; economía de mercado con regulación e intervención del Estado y manejo soberano de las decisiones económicas; justicia social, redistribución de la riqueza social y acceso universal a los servicios públicos básicos y de calidad, en actitud contraria al predominio de los oligopolios y monopolios, a la concentración de la propiedad y la riqueza en pocas manos.

GUTIÉRREZ, Gonzalo
Embajador del Perú ante Naciones Unidas y vicepresidente del Consejo Económico y Social de la ONU.
Ser de izquierda significa dar una preeminencia central al rol político del Estado como principal asignador de recursos en la economía y el desarrollo social. En ese proceso de asignación de recursos, la tendencia de izquierda entiende que el Estado es quien mejor comprende las necesidades de la población y que en función de ese entendimiento, debe actuar como árbitro supremo.

ROMERO SEMINARIO, Dionisio
Presidente del Banco de Crédito 1979-2009.
“Soy un hombre de centroizquierda. Hice un test en que respondí muchas preguntas, y salí bien a la izquierda del espectro político”.
Diario El Comercio, 5 de abril de 2009.

CHLIMPER ACKERMAN, José
Coordinador de la campaña de Fuerza 2011, director del BCR y empresario agroexportador.
Pasado.

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miércoles, 1 de junio de 2011

PERU: 2011 ELECTIONS: CANDIDATES TIED, PERUVIANS DIVIDED

Tenemos para ustedes este artículo imperdible de leer (los que no hablan mucho inglés hagan un esfuerzo, es muy bueno) escrito por Isabel Guerra y traducido por Negarra Akili Kudumu para English Global Voices titulado Peru: 2011 Elections: Candidates Tied, Peruvians Divided, en el que nos muestran el momento electoral actual y las reacciones que hay respecto al mismo:


(Peruvian election candidates Ollanta Humala and Keiko Fujimori. Photos: TVCultura (CC BY-NC-SA 2.0) and Congress of the Republic (CC BY 2.0))The second round [es] of presidential elections in Peru reaches its final leg in the midst of unresolved social conflict and the polarization [es] of an electorate so large that it has generated not only public statements but also citizen mobilization, through the collection of signatures and public demonstrations against each of the candidates, the conservative Keiko Fujimori [Fuerza 2011] and the nationalist Ollanta Humala [Gana Perú].

The issue that has been heating up in recent weeks are the charges of alleged fraud made by Gana Peru, which accused government authorities of not observing the neutrality required by law and instead pulling strings, both at the political level and through the media [es], to allegedly favor Keiko Fujimori [es]. There have even been attacks on some journalists [es], demanding more plurality and objectivity in their coverage.

The other social conflict that has dominated headlines this week due to the high level of vandalism [es] that has been reached is that of Puno, a dispute [es] that has been cleverly used by candidates to make public statements that prop up their popularity. Humala says it is unfortunate that this happens precisely at this juncture in Puno, a region where his party is leading the polls [es], while Fujimori directly accuses Humala [es] of being behind these riots. (At the end of writing this article, it appears that negotiations were reaching and initial agreement) [es].

The candidates have based their strategies not so much on the presentation of new proposals as on the disqualification of their opponent, where they have even resorted to appealing to the fears of Peruvian society [es], swearing on the Bible [es] and even showing support or adherence to intellectual or media personalities, since Peru's political parties are so discredited that they have lost virtually all capacity for endorse a candidate.

With just a few days left until Sunday June 5, 2011, the date scheduled for the second round of elections in Peru, the latest poll on voting preferences also reflects this division of the electorate, as they provide somewhat different results; although all agree that the difference between the candidates has narrowed to a draw, not only do they give different figures but some put Fujimori in the first place, and others Humala.

Polls published on Sunday 29 May (1) give the following results; Ipsos-Apoyo [es] indicates 50.5% for Keiko Fujimori and 49.5% for Humala, IMASEN [es] reports 43.8% for Ollanta Humala and 42.5% for Keiko Fujimori; on the other hand CPI [es] counts 44.6% for Fujimori and and 41.5% for Humala.

That is to say, that neither candidate has achieved a decisive majority, given that the difference between the preferences for each candidate oscillate between 1% and 3%.

A poll carried out just a few days before these by the Institute of Public Opinion of the Catholic University [es] already predicted these results [es] giving 44.2% to Keiko Fujimori and 43.7 to Ollanta humala, consigning 12.1% white or null votes.

What no poll has been able to measure beyond the numbers is the degree of polarization of Peruvian society and its geographical correlation.

Until now, Keiko Fujimori has the largest acceptance in Lima, Callao and the large capitals of the coast, places where the economic and financial activity of the country is centered; while Ollanta Humala leads the polls in the Andean regions of Peru, most of all in the center and south, areas where the largest pockets of the population are living in extreme poverty.

José Enrique Escardó, of El Quinto Pie del Gato [es], criticizes the form in which the candidates have managed their social networks and echoes the sentiments of many Peruvians in a post titled “Neither Fujimori Nor Humala”:

"Reafirmo, además, que votaré viciado en la segunda vuelta y mi compromiso de mantener una actitud vigilante frente al próximo gobierno, ya que considero que ambos candidatos reúnen las características psicológicas necesarias para convertirse en gobernantes autoritarios y tienen un pasado y formación que no les permite gozar de mi confianza."

I reaffirm, furthermore, that I will vote null in the second round and my commitment to maintain a vigilant attitude in the face of the next government, even though I believe that both candidates posses psychological characteristics necessary to become authoritarian rulers and have a past and a career that doesn't allow them to enjoy my confidence.

Others, like Marcona Digital Noticias [es], don't hesitate to express their support for Ollanta Humala:

"…siendo objetivos, la mayor amenaza a la democracia y a las libertades individuales representa el fujimorismo: los diez años de dictadura lo avalan, la corrupción generalizada, la destrucción a las instituciones, latrocinios, violación de los Derechos Humanos, etc. De Humala se tendrá dudas, pero de Fujimori hay pruebas certeras."

Being objective, the largest threat to democracy and individual liberties is represented by Fujimorismo: the 10 years of dictatorship guarantee it, widespread corruption, destruction of institutions, larceny, human rights violations, etc. Of Humala you have doubts but of Fujimori there are accurate proofs.

But Keiko Fujimori has also inspired her supporters, whose posture is summarized by El Asterisko 22 [es] in a post titled “I will vote for Keiko!”:

"Porque Keiko es honesta.
Porque Keiko tiene un buen equipo de gobierno.
Porque Keiko no se ha vendido a ningún extranjero y porque no recibe órdenes de Chavez, Fidel u otro comunista."

Because Keiko is honest.
Because Keiko has a good governing team.
Because Keiko hasn't sold herself to any foreigner and because she doesn't take orders from Chavez, Fidel or any other communist.

The polarization of Peruvian voters is very visible not only in blogs but also daily on the streets, markets, research centers, offices, even within families, and is obviously even stronger on social networks, where it seems nearly all express their preferences, encourage others to vote for their candidate and are openly harassing those who say they will vote for the other.

Jeroónimo (@chipana40) expresses his preference for Keiko Fujimori:

@noakeiko DEJEN DE ENGAÑAR AL PUEBLO, EL PUEBLO QUIERE PROGRESO, GRACIAS A FUJIMORI HOY TENEMOS UN PAIS EN CRECEMIENTO

@noakeiko STOP FOOLING THE PEOPLE, THE PEOPLE WANT PROGRESS, THANKS TO FUJIMORI TODAY WE HAVE A COUNTRY THAT IS GROWING

Meanwhile, Diva ✔ (@Samanfu) tweets:

"Gente q vota x Keiko: Los que no quieren votar x Humala, los de ultra derecha y a los que les gustó el gobierno de Alberto [Fujimori]"

People that vote for Keiko: Those that don't want to vote for Humala, those of the ultra right and those that liked the government of Alberto [Fujimori]

Others are more aggressive, like Juan Pablo Limachi:

"TODOS LOS IGNORANTES,,,, STAN CON KEIKO,,,,,,,,,,,BUENO PERSONAS,, QUE NO TOENEN CEREBRO COMO PARA TODO LO QUE HIZO,, LA KEIKO COMO 1ra,, DAMA Y CONGRESISTA,,,,"

ALL THE IGNORANT ,,,, ARE WITH KEIKO,,,,,,,,,,OK PEOPLE,, THAT DON'T HAVE THE BRAIN TO SEE FOR ALL THAT SHE DID,, KEIKO AS THE 1ST LADY AND CONGRESSWOMAN

Angélica Quintana (@Angieliquita) makes it clear that:

"Ojoo mi votoo no es por keiko, es contra Humala"

Listen my vote is not for Keiko, it is against Humala.

Edgar Zárate opines on his Facebook wall:

"La gente conciente y los intelectuales con moral han decido votar por Ollanta y el resto por Keiko."

The intellectuals and conscious people with morals have decided to vote for Ollanta and the rest for Keiko.

Yosseline Enriquez (@YosselineHazel) assures that:

"Lastimosamente el Sr. Humala confunde todo con un campo de batalla. Pena de verdad por los que crean que ese Sr. es lo que Perú necesita."

Pitifully Mr. Humala confuses everything with a battle field. I'm truly sorry for those who believe that this man is what Peru needs.

Giulia Razzeto (@bluegiulia) posts his disenchantment with both options:

"@P_blo_ Keiko es hja de un corrupto y asesino pero Humala,es asesino de policías y golpista frustrado. Entre otras perlas. No le creo nada."

@P_blo_ Keiko is the daughter of a corrupt man and an assassin but Humala, is a police assassin and a frustrated coup perpetrator. Among other ‘attributes'. I don't believe anything he says.

Considering the narrow statistical margin separating Fujimori from Humala, local political analysts believe that the public debate between the candidates (which took place on Sunday, May 29, in Lima) will be critical to tilt the high percentage of undecided voters in favor of either candidate.

(1) NOTE: In accordance with Peruvian laws, the publication of voting intention polls is only permitted until one week before the date of the vote, that is why these are published today, Sunday May 29, which will be the last day that the media can share results with the public.

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martes, 31 de mayo de 2011

¿DARLE UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD AL FUJIMORISMO?

Agradeciendo a la Revista de Análisis y Crítica Argumentos, decidí conveniente el postear en el blog este extenso análisis realizado por Natalia Sobrevilla, de título ¿Darle una segunda oportunidad al fujimorismo? que puede aclararle las cosas a muchos:

En abril de 2006 me preguntaba si Alan García se merecía una
segunda oportunidad. Consideré entonces que si bien no se la merecía, el Perú iba a dársela y concluí preguntándome: “¿Será darle a Alan García una segunda oportunidad abrirle la puerta a Fujimori para su segunda oportunidad? ¿Será esta una oportunidad mediada por la derecha?”. Me sorprende y entristece la certeza de mi vaticinio. Tal como era claro en 2006, a pesar de sus declaraciones en la campaña acerca de que seguiría una política a favor de los pobres, en este segundo gobierno Alan García ha gobernado con y para la derecha, y ha hecho todo lo posible por evitar que llegue al poder algún candidato que pueda cuestionar la impresionante corrupción que acompaña el llamado “milagro peruano”, puesto en evidencia en los “petroaudios” y los negociados de Business Track.

Los resultados de la primera vuelta han llevado a los analistas, activistas y a los miembros de las élites intelectuales y económicas a preguntarse ¿qué está mal en el Perú? A sobresaltarse porque la gran mayoría de los electores no parecen tener interés ni en la democracia ni en la estabilidad económica, lanzándonos a las fauces de los dos candidatos más extremos. Sin embargo, un análisis bastante somero de los resultados de 2006 y los de 2011 muestra que las tendencias son estables y que los resultados son en realidad bastante predecibles. Tal como hace cinco años, todas las zonas rurales y principalmente el sur del país piden a gritos un cambio radical. Estas regiones, donde los niños mueren cada año de frío y el fracaso escolar está casi garantizado, no se sienten incluidos en el fabuloso crecimiento económico que ha cambiado la cara de Lima y muchas de las ciudades de la costa norte que prefirieron a Alan García en 2006 y a Keiko Fujimori en 2011.

La segunda vuelta divide al país, convirtiendo estas elecciones en las más ideológicas de los últimos años, llegándose a niveles de virulencia no vistos desde 2000. Pero no se trata simplemente de una división entre lo que históricamente se ha considerado la derecha y la izquierda. No, en esta ocasión lo que separa a quienes están por un candidato o por el otro son sus creencias y temores sobre cinco aspectos principales: la economía, la corrupción, la democracia, los derechos humanos y el racismo. Más de la mitad del electorado se ve obligado a decidir por lo que le resulta el “mal menor”, y para hacerlo deben cotejar la información que manejan con su visión del pasado y su lectura de lo que está ocurriendo en la región. Es una elección donde las visiones de la historia tienen un protagonismo poco usual.

Economía

¿Debe seguir el modelo económico tal cual está planteado? Quienes más se han beneficiado consideran que cualquier cambio puede “hacernos retroceder treinta años”. Muchos empresarios medianos y pequeños, así como sectores emergentes que han visto sus esfuerzos premiados, comparten esta visión con el gran empresariado. Están convencidos de que solo no se han beneficiado los que no han querido trabajar, ya que el “Perú avanza”. Creen firmemente que el neoliberalismo es la única fórmula para salir de la pobreza y que el chorreo existe. Aquellos que discrepan ven un país con desigualdades estructurales tan profundas que necesita mucho más que neoliberalismo y asistencialismo para salir adelante. Consideran que es necesario instalar un Estado de bienestar que redistribuya el dinero de los impuestos para ayudar a equilibrar la desigualdad. El neoliberalismo que existe en el Perú no es lo que se ve en los países capitalistas del primer mundo. En Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa, con diferentes matices, nadie considera escandaloso que se le dé una pensión mínima a todos los que pasan los 65 años, que existan seguros estatales de salud, un buen acceso a la educación estatal y asignaciones a los desempleados, en fin, que el Estado vele por los más frágiles redistribuyendo los recursos de quienes más tienen a través de los impuestos. Esto no es el “comunismo” del que hablan muchos de los que temen a Humala, no es ni siquiera el modelo que se ha implantado en la Venezuela de Chávez; tampoco se trata de resucitar a Velasco Alvarado o el primer gobierno de García. Pero se trata de una cuestión ideológica. ¿Debe el Estado intervenir en la economía y redistribuir el dinero de los impuestos o debe tener el mercado todas las libertades y el Estado limitarse a regular y repartir un poco de prebendas a los más necesitados? Humala propone lo primero, Fujimori, lo segundo.

Corrupción

El gobierno de Alberto Fujimori fue probablemente el más corrupto de nuestra historia. No solamente desapareció un estimado de 8.000 millones de dólares entre las comisiones por compra de armas, licitaciones públicas, privatizaciones, extorsiones y coimas, presupuestos clandestinos, compra y venta de deuda externa y medicinas vencidas, además de los vínculos con el narcotrafico, como cuando se encontró cocaína en el avión presidencial, sino que Alberto Fujimori se ha declarado culpable en los procesos por corrupción por los que se le extraditó de Chile. Gracias a Vladimiro Montesinos tenemos en los videos de la salita del Servicio de Inteligencia pruebas irrefutables de cómo los principales empresarios, dueños de medios de comunicación y políticos aceptaron dinero, muchas veces para obtener una “ayuda” en sus negocios, poniendo en tela de juicio eso de la libertad absoluta del mercado, estableciendo más bien el crony capitalism o “capitalismo para los amigos”. Los que dicen que esto fue solo gracias a Montesinos y al final del régimen olvidan que ha sido documentado que la familia Fujimori robó desde antes de entronizarse en el poder, cuando decidieron desviar los fondos de las donaciones japonesas. Denunciar esto le costó a Susana Higuchi, la ex esposa de Fujimori, todo tipo de vejámenes, desde el electroshock hasta ser recluida desnuda en los sótanos del Pentagonito, como fue denunciado por Leonor La Rosa. Keiko Sofia Fujimori ha declarado que su padre le entregaba cada vez que iba a Lima paquetes con US$ 10.000 en efectivo para pagar sus estudios y los de sus hermanos en los Estados Unidos, Se estima que estos costaron un millón de dólares, y todavía no hay una explicación coherente o convincente sobre de dónde salió ese dinero. Así como con las denuncias de su madre, Keiko Fujimori nunca consideró necesario hacer preguntas incómodas sobre la proveniencia de esos fondos. Era una mujer joven, es cierto, una universitaria que tenía, además de atender a sus estudios y a los niños pobres del Perú, que ir a las cumbres latinoamericanas a departir con Zulemita Menem y bailar trencito con Hugo Chávez. Para quienes mantener el modelo económico es lo más importante, todo esto se puede pasar por alto, a pesar de que todos los ministros de economía entre 1990 y 2000 han sido procesados por corrupción y enriquecimiento ilícito y la economía no creció de 1996 a 2000. Quienes apoyan a Keiko Fujimori hoy dicen que está acompañada de gente nueva. Si es así, ¿por qué uno de estos cuestionados ministros, Baca Campodónico, le hace campaña en Cajamarca? ¿Por qué su padre maneja su material electoral desde su cárcel dorada? ¿Por qué acepta dinero de personas que han sido procesadas por narcotráfico y lavado de activos? ¿Por qué dice financiar su campaña con rifas?, cuando solo la mujer de uno de sus asesores ha ganado uno de los premios. Quienes no soportan a Ollanta Humala están convencidos de que su campaña la financia Hugo Chávez, basándose principalmente en la evidencia de la campaña de 2006. Consideran que mantener el modelo y protegerse de un régimen como el de Chávez, Morales o Correa, a los que temen sin medida, es mucho más importante que preguntarse de dónde viene el dinero que financia a Keiko Sofía Fujimori. Su devoción al libre mercado y el neoliberalismo es tan grande que prefieren pasar por alto todos estos comprobados actos de corrupción endémica que caracterizan más bien como excesos o errores, que no tienen por qué repetirse.

Democracia.

La defensa de la democracia es uno de los temas favoritos de los enemigos de Ollanta Humala. Se recuerda que dirigió un levantamiento contra Fujimori en Locumba (Moquegua) en octubre de 2000. Su hermano Antauro Humala lideró otro en Andahuaylas en 2005 en contra del gobierno de Alejandro Toledo, donde murieron cuatro policías, ha sido sentenciado y hoy está preso. Estos dos hechos, además de su ya mencionada cercanía a Hugo Chávez en la campaña de 2006, convencen a los detractores de Humala de su falta de apego por la democracia. No importa qué haga o deje de hacer, quienes no creen en Humala no pueden aceptar que sus ideas puedan haber cambiado y consideran que todos sus juramentos por la democracia y sus esfuerzos por asegurar que no buscará la reelección son en vano, y que su alianza con todos los sectores democráticos que lucharon contra la dictadura de Fujimori son estratagemas para hacerse del poder y nunca dejarlo. El apoyo de reconocidos personajes públicos, intelectuales, políticos y artistas no vale nada. Prefieren apoyar la candidatura de la hija de Alberto Fujimori aduciendo que ella no es culpable de los errores de su padre. Por supuesto que no es culpable del autogolpe del 5 de abril, ella tenía solo 17 años. Pero cuando tenía veinte y era la primera dama durante la campaña electoral de 1995, no tuvo ningún inconveniente en estar al lado de su padre en unas elecciones que lo perpetuaron en el poder a base de una constitución hecha a su medida. En 1997, cuando tenía 22 años y se dio la ley de interpretación auténtica, que le permitía a Fujimori tentar la cuestionada re-reelección, y los estudiantes salieron a las calles a protestar, ella firmó a favor del referéndum, pero cuando este no se dio no tuvo problemas en estar a su lado. Del mismo modo, no cuestionó la legalidad de la campaña de 2000, cuando miles de personas salieron a repudiar a su padre por destruir la democracia, y ella optó simplemente por mantener un perfil bajo. A los 25 años tuvo que dar la cara cuando su padre se fugó al Japón dejándola sola en Palacio de Gobierno. Hoy describe el gobierno de Alberto Fujimori como el mejor de la historia del Perú, y su plan de gobierno es una oda filial. Sobre la democracia y los atropellos que cometió su padre y de los que ella fue cómplice de 1995 a 2000 no dice nada. Para quienes el modelo es sacrosanto, el autogolpe fue legítimo, ya que fue apoyado por el 80% de la población, justamente los argumentos que usa Hugo Chávez hoy para perpetuarse en el poder.

Derechos humanos

Con un estimado de 70.000 personas muertas en el conflicto interno de 1980 a 2000, todos como sociedad tenemos una responsabilidad. Los que más sufrieron fueron los pobres, los que no hablan castellano; los que vivimos en la ciudad solo nos enteramos de la tragedia cuando teníamos que lidiar con el inconveniente de no tener luz, no poder salir de noche o que quizás nos pongan una bomba. ¿Quién le ganó la guerra a Sendero y cómo? ¿Quiénes deben pagar por sus acciones y cómo? Estas preguntas reciben respuestas muy distintas; para algunos, el costo social de esta victoria es aceptable, mientras que para otros fue demasiado alto. Estamos todavía muy lejos de la reconciliación. Como el mayor número de muertos se produjo entre 1980 y 1990, un vocero fujimorista y asiduo visitante de la salita del SIN, Jorge Trelles, ha dicho “nosotros matamos menos”. Eso ha llevado a un humorista a poner en una caricatura a los fujimoristas diciendo “nosotros robamos más, nosotros torturamos más, nosotros esterilizamos más.” Alberto Fujimori fue sentenciado a 25 años de cárcel por la estrategia de guerra de baja intensidad que puso en práctica. Él ha declarado que fue él quien derrotó al terrorismo, pero también ha dicho que es inocente de las acciones documentadas del grupo Colina. Keiko Fujimori está convencida de la inocencia de su padre, y ha dicho que hará todo lo posible por liberarlo. Una de sus voceras, Martha Chávez, ha amenazado al juez que encontró a Fujimori culpable. Keiko Fujimori tiene hoy en su grupo de asesores más cercanos a quienes fueron responsables de la esterilización masiva de mujeres, y declaró en el debate presidencial que Toledo liberó terroristas, cuando es sabido que los que fueron liberados habían sido acusados falsamente. Si bien ella no dirigió las campañas de exterminio de pobres y de enemigos políticos como lo fueron las matanzas de Pedro Huilca, El Santa, Barrios Altos y La Cantuta, ella los califica de excesos, no acepta la responsabilidad de su padre y se rodea hoy de quienes llevaron a cabo y defienden esas políticas. Para quienes los “excesos” son aceptables, ya que consideran que fue por eso que se venció al terrorismo, pueden pasar todo esto por alto.

Ollanta Humala es un comandante del Ejército Peruano en retiro que combatió en la guerra interna y en la guerra contra el Ecuador en 1995. Dice enorgullecerse de su acción en la segunda, pero no sentir lo mismo por sus acciones en el conflicto interno. En 2006, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos levantó un informe para esclarecer las acusaciones en su contra por lo que sucedió en la zona donde él peleó, conocida como Madre Mía. Leyendo el informe queda claro que su caso es como el de muchos de los implicados en la guerra interna, uno que incluye secuestro, tortura y asesinato; el juez, sin embargo, ha desestimado el caso. La suya es una situación doblemente paradójica porque quienes se oponen al trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) dicen que personas como Humala no deberían ser procesadas, ya que a quienes lucharon contra la subversión no se les debería encausar sino agradecer. Pero hoy muchos de los que tienen esa posición gritan a los cuatro vientos que Humala es un asesino, y por ende no debe ser presidente. Por el otro lado, la Coordinadora de Derechos Humanos, que elaboró el informe y lo elevó al Poder Judicial, hoy apoya a Humala como candidato presidencial. ¿Por qué? En gran parte porque Humala es el único candidato que aceptó todas las recomendaciones de la CVR y que se comprometió a pagar a las víctimas la reparaciones que ya han sido reconocidas por ley, pero no han sido otorgadas. Es el único que ha pedido que no se limite la sanción a soldados como él, sino que se consideren también a los responsables políticos. El grueso del apoyo a Humala viene de los lugares más golpeados por la violencia, por personas que sufrieron en carne propia los abusos por parte de militares como Humala. Ellos se sienten capaces de perdonarlo, pero quienes usualmente defienden a los miembros del Ejército no. El otro motivo por el cual la Coordinadora prefiere apoyar a Humala es porque ven el triunfo de Fujimori como el primer paso en el camino a la liberación de su padre. Estamos entonces ante diferentes lecturas de la agenda de derechos humanos en el Perú. ¿Se debe aceptar el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y sus recomendaciones? Quienes opinan que sí están a favor de Humala, quienes opinan que no están en contra de él, pero ahora se presentan como defensores de los derechos humanos.

Racismo

Hay sin embargo algo más que queda en el tintero. El grupo socioeconómico más alto, los llamados sectores A/B, componen solamente el 15% del electorado, pero ejercen un control muy fuerte sobre la economía y los medios de prensa. Desde 1980, cuando se dio el voto a los analfabetos y se estableció su obligatoriedad, los candidatos de preferencia de este grupo social nunca han sido elegidos. A pesar de haber sido una clase duramente golpeada por la reforma agraria implementada por el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas de Juan Velasco Alvarado, cuando al perder sus tierras perdieron gran parte de su poder simbólico, esta clase socioeconómica ha logrado recomponer su poder y atrincherarse en espacios cerrados que controlan con eficacia. Han sobrevivido a las expropiaciones y las incursiones de Sendero Luminoso, que llevaron a esta clase social a replegarse más aún sobre sí misma, ya que era imposible sentirse seguros fuera de los espacios privados. Alan García los amenazó en su primer gobierno, pero no logró vencerlos. En 1990, con la derrota de Mario Vargas Llosa, muchos vieron una inexorable caída al abismo. Fujimori resultó su tabla de salvación; gobernó para la derecha, pero repartió prebendas entre los más pobres, asegurándose su fidelidad. Su control sobre el electorado evitó más elecciones incómodas para la alta burguesía. Ante los escándalos de corrupción y los cada vez más torpes intentos por controlar el poder, el régimen de Fujimori cayó por su propio peso. Toledo fue tolerado, pero como “cholo borracho y arribista” nunca fue realmente aceptado. En 2006, ante una derrota más, Alan García fue visto como la tabla de salvación. Ahora esta clase social ve en Keiko Sofia Fujimori a su “mal menor” y recuerda la comodidad que sintieron durante el gobierno de su padre. Como dijo el sociólogo Julio Cotler, el temor no es simplemente perder dinero o posición con un eventual gobierno de Humala, sino la posibilidad de perder el poder simbólico; lo que significa ser “blanco, con plata y educación”. Cualquiera que se oponga a la candidatura de Fujimori es inmediatamente desautorizado, especialmente si proviene de esta misma clase social, y ya que no se le puede llamar “cholo arribista” a Humala o “igualada” a su mujer, se les tilda simplemente de “rojos” o “caviares”, acusándolos de ser de izquierda pero de vivir cómodamente, y recordándoles que en el fondo no son más que unos traidores de clase.

Pero los resultados no los decide esta élite; justamente de ahí nace su incomodidad. Las elecciones son uno de los únicos momentos en el Perú donde todos somos iguales y cada voto vale lo mismo. Algunas damas de sociedad, preocupadas por esto, organizaron una recolección de víveres para preparar canastas y entregarlas a los más necesitados, buscando terminar con la pobreza con una latita de atún a la vez; otras han sido más directas y le han indicado a “su” gente cómo votar, o han propuesto quitarle los documentos a sus empleados. Este no es el caso de todos. Muchos están aterrados ante el prospecto de un eventual gobierno de Humala y el costo que esto le puede significar a la economía, y ven, a pesar de las inmensas diferencias, al Perú como la próxima Venezuela. La decisión, sin embargo, estará en los barrios emergente de Lima, en los jóvenes de provincias, en los sectores más golpeados por la desigualdad. En estos grupos, el mensaje de Fujimori cala hondo: mano dura, oportunidades para los que saben tomarlas y asistencialismo para quien lo necesita. La corrupción del pasado se puede entender bajo el concepto de “robó pero hizo obra” o “todos roban”, mientras los abusos contra los derechos humanos y el quiebre del estado democrático son considerados el precio que se debía pagar a cambio de la estabilidad.

¿Qué está en juego?

Cada cinco años las elecciones nos ponen al desnudo frente a un espejo, mostrándonos como sociedad, con todos los problemas irresueltos que tenemos. Ahora vemos que todavía estamos debatiendo cuáles fueron las consecuencias de la reforma agraria de 1969, del conflicto interno de 1980 a 2000, de la corrupción y del control de los medios de comunicación por una mafia, que está ahora volviendo a ponerse en evidencia. El país está dividido, y salga quien salga estas divisiones continuarán, y debemos pensar como sociedad cómo podemos sanar estas profundas heridas. Las batallas son por la memoria, por la manera en que entendemos el pasado y la forma en que este repercute en el presente. Las batallas son también en las calles, donde se manifiestan diferentes colectivos, así como el masivo descontento expresado en movilizaciones como las de Bagua, Islay y los recientes paros de los algodoneros, que se convertirán cada vez en más frecuentes y violentas si las mayorías siguen sin sentirse incluidas en el crecimiento. Pero eso ya lo sabíamos en 2006 y no hicimos nada. Mi pregunta hoy es si darle una segunda oportunidad al fujimorismo es la mejor manera de fortalecer nuestra débil democracia, que no ha durado nunca más de 12 años seguidos. Vamos en diez.

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