El patriarca del Apra tiene el rostro sombrío, porque la salud lo debilita días tras día, pero ha decidido darle una estocada a la Comisión Política, a la que responsabiliza de la más grave crisis que enfrenta su partido. “Sé que estoy llegando al final de mis días, y no le temo a la muerte porque soy socrático, pero hasta el final mantendré en alto las banderas del hayismo”, dice . Pide la renovación generacional y el ingreso de jóvenes al Congreso en lugar de los “líderes históricos del Parlamento”, que tienen reelecciones sucesivas. Con La República analiza la crisis del Apra, sus causas y soluciones.
- Ud. promueve un cambio generacional en la conducción del Apra, ¿por qué?
Creo que los hechos han comprobado la crisis del Apra, que no hay que negarla sino hay que reconocerla precisamente para superar los graves errores que nos condujeron a esa situación.
- ¿Qué errores?
El partido ha perdido sus características de alianza de clases de frente único de trabajadores, han desaparecido las agrupaciones profesionales y sindicales, con algunas excepciones. Ha desaparecido el partido-escuela, basado en las “universidades populares González Prada”, convirtiéndose el partido en un ente político igual a los otros movimientos que no tienen las características ni los antecedentes del Apra.
La responsabilidad es de quienes han dirigido su partido en estas décadas.
Desde hace años hay un equipo de dirigentes que constituyen lo que a veces se llama la Comisión Política, y que tienen la responsabilidad de la agudización de esta crisis. Aquí el único que tiene conocimiento de lo que es el Apra es Mauricio Mulder.
- ¿De qué son responsables?
Perdimos las elecciones municipales y regionales. No han asumido la divulgación y propaganda en torno a la obra del gobierno. Nos encontramos sin candidato a la presidencia. Teníamos una excelente candidata: Mercedes Aráoz, quien hoy estaría abriéndose paso entre los primeros contendores, pero por una actitud del secretario general del partido (Jorge del Castillo), intransigente en su posición de no dar un paso al costado, perdimos la candidatura, y hoy día tenemos que enfrentarnos solo con listas de candidatos al Congreso...
- Y con el riesgo de que el Apra no logre el 5% votación.
Con el peligro de que no alcancemos los niveles que correspondes. Y ahora, ¿quiénes son los candidatos?
- ¿No está conforme con los candidatos?
No, creo que hay que renovar. Te voy a demostrar, sin mencionar nombres, algo que es importante. (Abre un fólder manila, titulado “Los viejos”, que contiene varias hojas de vida de candidatos al Congreso por el Apra). Por ejemplo, tenemos un candidato con 26 años en la función pública: el secretario general. Otro candidato con 31 años en el Parlamento desde la Asamblea Constituyente; otra candidata con 26 años en la vida parlamentaria y actividad política; otro candidato, 26 años: aquí dice diputado, diputado, congresista, congresista, congresista. Otro, que ha sido constituyente con (Víctor Raúl )Haya de la Torre, y tiene 31 años en la vida parlamentaria. He observado eso, y creo que tenemos que buscar renovación para reestructurar el partido.
- ¿Y estos no deben reelegirse?
Creo que todos estos compañeros, y compañeras, a los que me he referido merecen todo nuestro homenaje, porque han demostrado en su vidas ser muy buenos apristas, pero ya cumplieron su misión. Son líderes históricos en el Parlamento y hay que darles paso a los jóvenes.
- ¿Ud. está haciendo un llamado a la militancia aprista para que vote por los jóvenes?
Es mi llamado a la militancia aprista y al pueblo para que voten por los jóvenes, porque creo que a ellos les corresponde más que a otros la representación en un nuevo Congreso.
- Su propuesta me hace recordar la frase de Manuel González Prada: “Los viejos a la tumba y los jóvenes a la obra”, al referirse a la clase política civilista que era cuestionada por corrupción e incapacidad. ¿Es lo mismo?
No exactamente. Como te he dicho antes, las personas a las que me he referido y que repiten tanto en el Congreso, demuestran en su vida haber sido consecuentes con el Apra.
- Sin embargo, este segundo gobierno de Alan García está terminando con muchas denuncias de corrupción que involucran a apristas.
La corrupción en el Perú viene desde los tiempos de la Independencia. La corrupción no se puede eliminar con decretos. Vemos lo que pasó durante la gestión de Toledo, que fue uno de los gobiernos más corruptos que ha tenido el Perú.
- ¿No hay autocrítica para el partido de gobierno?
El Perú ha avanzado como no ocurrió en los últimos 80 años. Es cierto que ha habido corrupción, y se está castigando la corrupción, pero no podíamos evitarla. (Fernando) Belaunde fue un gobernante honesto pero no hay que olvidar lo que pasó con el negociado de los bancos).
- ¿Y los casos de los Petroaudios y Cofopri?
En el gobierno de Alan García también se han dado casos de corrupción. Yo los condeno todos, pero quiero destacar que esta corrupción viene de anteriores gobiernos.
- ¿No cree que fue un error retirar la candidatura de Carlos Roca a la alcaldía de Lima?
Ahí comenzó la crisis del Apra, y eso fue culpa de la Comisión Política.
- Y si hubieran postulado a un aprista para las presidenciales quizás otro sería el cantar. ¿No lo cree así?
Si no fuera por la obstinación del secretario general, Mercedes Aráoz estaría hoy disputando los primeros puestos.
- No puede estar seguro de eso... pero me refería a un aprista. Nidia Vílchez, por ejemplo.
Fue mi primera propuesta, pero ella fue de candidata al Congreso por su provincia (Junín). El Apra mantiene los vicios de las demás organizaciones políticas. Hay una cúpula que se mantiene en el poder por décadas y los jóvenes no tienen posibilidad de ocupar cargos en la dirigencia...
...A raíz de eso es que yo digo que ha llegado la hora de los jóvenes y que los veteranos que han cumplido largos años en el Parlamento o en la dirección del partido deben paso a los jóvenes. Que esos líderes históricos, como yo, se retiren y trabajen desde sus hogares. Los veteranos no iremos a la tumba sino a nuestra casa y los jóvenes a la obra.
- De otro lado, Alejandro Toledo acusa al presidente García de interferir en la campaña electoral. ¿Qué opina?
El presidente García es un ciudadano y puede opinar, y no porque se está en una campaña electoral el presidente debe dejar de inaugurar obras.
- El tema del ingreso de dinero del narcotráfico a la campaña saltó a la escena electoral la semana pasada. ¿Cuál es su opinión?
Lamentablemente el narcotráfico está muy expandido en el mundo. Ha llegado a todas las esferas políticas y a todos los partidos de alguna forma. Pero no es cierto que quienes, por circunstancias particulares especiales, que conocieron a gente que estaba en el narcotráfico sean culpables cuando no sabían que eran narcotraficantes.
- ¿Lo dice por los US$ 5 mil que donó Alfredo Sánchez Miranda, a la campaña electoral de García en el 2006?
En una campaña electoral US$ 5 mil dólares los entrega cualquier persona pudiente y nadie sabía quién era el señor Sánchez Miranda, y parece que no es él sino el papá el narcotraficante. No hay que exagerar, sin embargo constituye lo más notorio de la campaña electoral actual: la guerra sucia.
- Todos los candidatos denuncian guerra sucia.
Aquí se trata de ensuciar a Kuczynski, a Keiko, a Ollanta. El primero en hablar de eso es el señor Toledo. Tendríamos que recordarle al señor Toledo que hay muchas cosas que hemos silenciado por decencia...
- Por ejemplo...
No caeremos en eso, pero hay que terminar con la guerra sucia y presentar programas, que es lo que el país reclama. Propuestas concretas, pero no ofrecimientos, que es una forma de demagogia.
- ¿Por cuál candidato presidencial van a votar los apristas?
No puedo opinar sobre eso, todavía. Es cuestión de ver los programas, las propuestas. El que tenga una propuesta más próxima a la izquierda democrática, que somos nosotros, al frente de clases de trabajadores y empresarios, también seguramente será el que atraiga el voto aprista.
- Por las características que menciona, sería por Ollanta Humala...
No puedo opinar porque, como te repito, no está clara la posición de ninguno de los candidatos.
- Toledo visitó la tumba de Víctor Raúl Haya de la Torre y dijo que ya se había metido al corazón de los apristas. ¿Qué dice?
Me parece un gesto correcto, no censurable. Tampoco se puede explotar politiqueramente, pero es un gesto respetable.
“Alan ha aplicado el pensamiento original de Haya”
- ¿Cuál es la responsabilidad del presidente García en la crisis del Apra?
Alan no tiene responsabilidad en la crisis del partido porque él se ha mantenido, aun cuando está vinculado al partido, al margen de su dirección, salvo oportunidades en las cuales ha sido llamado o colaborar con los dirigentes. La responsabilidad está en quienes han tenido en sus manos la dirección del partido.
- García abandonó las ideas primigenias del Apra, y se le atribuye haber gobernado, sobre todo, para sectores poderosos, y de la derechización de su partido ¿No es suficiente?
Alan ha aplicado el pensamiento original de Haya dentro de la realidad de 80 años después. Propiciamos apoyo fundamental a los sectores populares, organizándolos en sindicatos. Eso se aplicó en el partido en la historia, y cuando llega al gobierno se aplica el principio de justicia social con realizaciones: bajar el índice de la pobreza, superar el trabajo, desarrollar la salud a nivel nacional. Esta es la manera de aplicar la tesis del Apra.
- Según las encuestas, los peruanos perciben al gobierno de García de centro-derecha y que ha gobernado para los ricos mayoritariamente.
El Jurado debe averiguar el origen de los fondos de las encuestadoras para darnos cuenta, posiblemente, cómo hay intereses de poderes económicos destinados a ocultar la labor social del gobierno.
Datos
Con los jóvenes. Armando Villanueva ha decidido hacer campaña por los jóvenes apristas que postulan al Congreso. En su casa recibió a siete de ellos que integran la lista por Lima: Cristiana Orueta, Haidé Montero, Luis Jiménez, Judith Puente de la Matta, Erick Iriarte, Evelin Orcón, que fluctúan entre 27 y 32 años.
Twitter. Además, ha abierto su cuenta en Twitter para promocionar a los candidatos jóvenes, de Lima y regiones. También escribirá sobre ideologías.
Aprovecho además para dejarles estas dos notas relacionadas directamente con el tema, realizadas por el sociólogo e historiador Nelson Manrique para La República y por Augusto Álvarez Rodrich también para el mismo diario:
El problema es Alan García
Sociólogo e historiador
La republica, Domingo 20/02/2011
La actual crisis del Apra es la mayor desde la ruptura entre Armando Villanueva y Andrés Townsend Ezcurra por la herencia de la tradición de Haya de la Torre, a inicios de los 80. Es una situación que viene desde el año 2000 y que se expresa en una inversión de la relación entre el partido y Alan García. Hoy Alan García no es militante del Apra, sino que el Apra es militante de Alan García.
Los apristas tienen la idea de que, si no fuera por García, ellos no tendrían un porvenir. En las elecciones de 1995, el partido perdió su inscripción porque la candidatura presidencial de Mercedes Cabanillas no alcanzó el 4% de votos mínimos; y en el 2001, García amplió este respaldo a 48%. Quien tiene la fuerza es Alan García y no el Apra. Por eso, en el último periodo, el presidente ha podido manejar el partido en función de sus intereses particulares y su proyecto de volver al poder en el 2016. A García le conviene un Apra dividido, debilitado. Las pugnas internas son parte de esto. ¿Cómo toma esta crisis el grueso de militantes? Hay un sector que ve al partido fundamentalmente como una agencia de empleo y, por lo tanto, manifiesta fidelidad a los dirigentes; otro que está descontento, pero no tiene posibilidad real de modificar la situación; y uno último y amplio que ha sido entrenado durante muchos años, décadas diría, en la lógica de justificar todo lo que hace la dirección. No me sorprendería que el Apra pierda su inscripción electoral este 10 de abril.
Por Augusto Álvarez Rodrich
El futuro diferente del Apra de Alan García Pérez.
Este día de la ‘fraternidad’ que ayer ‘celebró’ –aunque lo correcto sería decir que únicamente cumplió– el Apra encuentra al aún principal partido del Perú en una situación lamentable y calamitosa que contrasta marcadamente con la manera como está terminando el gobierno que, supuestamente, lo tiene en el poder.
La segunda administración de Alan García va a terminar en buen pie. Es cierto que no se han hecho las reformas de fondo en áreas cruciales que están pendientes y que son indispensables para la perspectiva futura de largo plazo del Perú, como en educación, salud, seguridad, justicia o competitividad.
Es cierto que el esfuerzo para combatir a la corrupción retrocedió en este lustro en el que los escándalos de los ‘petroaudios’ y de Cofopri solo fueron la punta de un iceberg construido por negociados bien establecidos que han vuelto, ante los ojos de todos, y con el mayor descaro, mucho más ricos a algunos apristas que tuvieron puestos relevantes en este período.
Es cierto, en fin, que este quinquenio estuvo plagado de problemas no resueltos. Pero, junto con ello, también se ha producido un significativo crecimiento económico gracias a la capacidad de establecer condiciones para atraer volúmenes de inversión privada –nacional y extranjera– rara vez vistos antes.
Esto ha permitido, a su vez, una reducción muy importante de la pobreza –casi veinte puntos– que no solo ha alcanzado a Lima sino que ha llegado a varias zonas del país, aunque otras –como el Ande central y sureño– hayan retrocedido.
Pero, en balance, es suficiente para que el gobierno de García salga bien, a diferencia de la primera vez. No es eso lo que pasa, sin embargo, con el Partido Aprista, el cual se encuentra internamente quebrado y sin liderazgo, y externamente colapsado por la incapacidad de presentar una oferta electoral atractiva para la población, con el riesgo de que ni siquiera llegue a pasar la valla para tener una representación en el Congreso.
No deja de ser paradójico que sea un viejo líder histórico como Armando Villanueva el que, a sus 96 años, haga el mejor diagnóstico del drama del partido –atribuyéndole la responsabilidad, como lo hizo en la entrevista del domingo pasado en este diario, entre varios otros, al aún secretario general Jorge del Castillo– y le marque el rumbo futuro a la agrupación.
El rumbo del Apra, sin embargo, será el que quiera ponerle García cuando, desde julio, construya el partido a su medida. Para ello, el esfuerzo de demolición al que han contribuido muchos, incluido él mismo, simplemente le ha facilitado la tarea.
Así, tiene razón el historiador Nelson Manrique cuando dice que “hoy Alan García no es militante del Apra sino que el Apra es militante de Alan García”.
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