domingo, 12 de junio de 2011

JULIO COTLER: "ALAN GARCÍA ES EL GRAN DERROTADO DE ESTAS ELECCIONES"

Y seguimos con las entrevistas, en este caso la realizada por la periodista Flor Huilca de La República a Julio Cotler, quien plantea aquí los desafíos que deberá enfrentar Ollanta Humala: de un lado, fuerte oposición mediática y conservadora, en alianza con las élites empresariales; y, del otro, la presión de sectores extremistas que intentarán radicalizar su gobierno.

¿Qué escenario le espera a Humala como presidente? Hay fuertes presiones para que diga quiénes serán sus ministros.
–Va a tener que resistir las presiones indeseables hasta que tranquilamente pueda tomar las decisiones del caso. No tiene por qué abalanzarse para satisfacer a sus derrotados contendientes.

–¿Ve condiciones para que se apacigüe este clima de presión en su contra?
–Yo creo que eso ya bajó. Todos han reconocido los resultados. Aparte de algunos exabruptos del vicepresidente electo, la gente está hablando tranquilamente. La banca internacional recomienda comprar acciones peruanas y los agentes evaluadores no ven ningún tipo de peligro. Toda la visión catastrófica que nos habían dicho que iba a producir este seudo chavista no es tal. Creo que se van a tranquilizar las aguas.

–¿Habrá un periodo de tregua, una luna de miel entre el gobierno y la opinión pública?
–No sé si le darán luna de miel. Creo que hay algunos medios que le van a saltar a la yugular permanentemente para bloquearlo, y Humala va a tener que aprender, con su entorno, a lidiar con esa situación. Esa gente no va a tolerar que el Estado no solo se encargue de sus intereses sino también de los intereses y necesidades de otros sectores. Vamos a tener un periodo de tensiones alrededor de medidas distributivas, sin que tenga que afectar necesariamente los equilibrios económicos.

–¿Podrá el nacionalismo, con las alianzas que va sumando, garantizar las reformas que ofreció en campaña?
–Humala se va a tener que enfrentar con tres frentes: uno, el externo, que no está dispuesto a ceder en nada para que el Estado pueda hacer medidas distributivas. En segundo lugar, las diferentes tendencias y facciones que se encuentran en su entorno –no digo en el partido porque el partido no existe–. Y en tercer lugar, las demandas sociales. Va a tener que lidiar con todos estos conflictos porque pasado mañana Puno va a demandar, El Comercio va a exigir, al otro día las facciones radicales van a presionar. Eso es el Perú. Es lo suficientemente inestable, con instituciones suficientemente inseguras y débiles como para que se pueda prever una conducción tranquila, fluida de los asuntos.

–¿Esas presiones externas podrán encauzarse de manera democrática?
–Con Toledo y con García también hemos tenido coyunturas complejas que han bordeado situaciones no democráticas, y mal que bien hemos salido de ellas. Yo lo que espero es un poco más de lo mismo porque, bueno, frente a una revuelta puneña habrá los que quieren conceder todo, otros que van a pedir la represión inmediata. Entre esas presiones él va a tener que jugar. Esa es la democracia. Es un asunto en el que se toma y se daca. Y eso en el Perú se considera malo, y no es así. Uno tiene que reconocer una pluralidad de interés que muchas veces son contrastantes entre sí. Uno tiene que, más o menos, ir negociando, ajustando, concediendo, reprimiendo. Es idea de una fluidez institucional, que hay carriles tranquilos, no es el Perú. ¿De qué país estamos hablando?

–¿Lo que Humala y sus voceros han dicho y hecho luego de las elecciones ayuda a generar confianza? ¿Cuáles deben ser sus acciones inmediatas?
–En primer lugar, tomar las cosas con calma y dejar que las aguas se tranquilicen un poco, no digo que vuelvan a su cauce porque eso es difícil. Que tome decisiones poco a poco, de acuerdo con una combinación de objetivos que se proponga. Eso forma parte del arte, de la sabiduría de los políticos. Él va a tener que aprender porque nunca tuvo esas condiciones. Va a ser un aprendizaje político rápido en el que vamos a ver muchas metidas de pata como lo hemos visto con otros presidentes, sin pensar que el mundo se viene abajo.

Triunfó la facción democrática

–Si bien las cosas se están tranquilizando y Ollanta ha garantizado que respetará su compromiso firmado, ¿es suficiente para pensar que será un gobierno democrático?
–Aunque él no quisiera, las condiciones están. Este resultado es el triunfo de la facción democrática del país. Ese 20% que se agregó al 31% de Humala ha decidido la suerte democrática del país. Considero que eso es muy valioso para el futuro del país; supone la existencia de un grueso sector comprometido con el Estado de Derecho y con la distribución de los beneficios del crecimiento económico, es decir, con la democracia. Cuánto él querrá ser demócrata o cuánto no querrá; la voluntad es importante, pero las condiciones son decisivas. Si él ha tenido que cambiar de discurso ha sido porque tenía que ganar la elección y para hacerlo necesitaba de ese 20% democrático. Va a tener que depender mucho de esas condiciones.

–¿Las alianzas que ha sumado en el camino deben reflejarse en el gobierno? ¿Tendría que haber un gabinete plural?
–Sí creo que va a ser un gabinete plural. Creo que vamos a tener diferentes tendencias, diferentes tipos de personalidades que van a necesitar, internamente, jugar democráticamente para llegar a determinados consensos.

–Pero eso es lo que parece complicado. Desde ahora hay una oposición a Pensión 65 y a las medidas sociales que ofrecieron.
–La derecha peruana se va a oponer a cualquier medida distributiva que afecte sus bolsillos y sus principios. Sobre esa base él tiene que partir. No podemos ignorar la existencia y la presión de una buena parte del país, sobre todo voceros importantes que tienen control de medios y de recursos económicos, que van a estar allí. Dejémonos de imaginar que deberían ser otras las condiciones. El problema es cómo él moviliza a la gente interesada en cuestionar esos principios y llevar adelante los cambios. Eso es difícil y será difícil para cualquier actor político que quiera hacer política democrática. Se trata de respetar la pluralidad de interés y necesidades. La cuestión es imaginar cómo se van a desenvolver tensionalmente todos estos problemas, sin pensar que puedan andar juntos y sin caer en una situación de amansamiento total y de abandono total a sus principios.

–Durante la campaña se ha creado la sensación de que un triunfo de Humala podría crear una situación de inestabilidad.
–¿Y con Toledo? ¿Y con García? La gente se olvida. Cree que el Perú es un país estable, maravilloso, que podemos estar en Suiza. Esa no es la situación. La inestabilidad es inherente a la condición peruana.

–¿Hay algún riesgo de volver al primer plan de gobierno y que se abran las puertas para posiciones chavistas?
–No lo creo. Hay suficientes anclas como para impedir que eso suceda. Tenemos suficientes experiencias internas y externas para decir: al primer truco, eso ya lo conocemos. Si acá hay un pánico de pasar de una inflación de 2% a 3% es porque recordamos el año 85, y si nos vienen con que hay que cambiar un poco la Constitución, inmediatamente sospechamos de Chávez, así que estamos vacunados contra los riesgos autoritarios por uno y por otro lado.

–Pero si bien Ollanta dijo que se va en cinco años, se está rumoreando que su esposa postularía a la presidencia el 2016. ¿Esto qué tanto rompe con el espíritu de alternancia que tenía el compromiso que firmó?
–Todavía no ha sido oficializado como presidente y ya están imaginado quién será la sucesora.

–Incluso el congresista Jorge del Castillo ha planteado prohibirlo expresamente.
–¿Por qué? ¿Por qué se le quitan los derechos ciudadanos a la esposa? Si es que los peruanos, en legítimas y democráticas elecciones, queremos elegir a la esposa del actual presidente electo, por qué nos van a prohibir. Pero yo no creo que se dé esa situación y no vale la pena ese tipo de discusiones ahora.

Bayly fue derrotado

–Un sector de la prensa mantiene posiciones abiertamente contrarias a lo que representa Humala. ¿Cómo imagina este flanco? Rafael Rey ha dicho que se dedicará al periodismo. ¿Podríamos llegar a situaciones de conflicto parecidas a las de Ecuador?

–El nuevo gobierno deberá tener suficiente manga como para contrarrestar todo eso, además Bayly no logró derrotarlo. El Comercio fue el derrotado en estas elecciones junto con Bayly y todos los medios en esa línea. Los medios tienen influencia pero no es total. Esos actores ya están en la oposición y habrá una fuerte oposición. El fujimorismo sacó un 48% de votos que no es para desdeñar. Además los poderes fácticos, el sector financiero y los medios de comunicación, a los que se suma la autoridad de la iglesia, con el franquismo que tenemos acá, están allí. El problema es cómo lidiar razonable y eficazmente con estos sectores, sin tener que abandonar sus principios y sus objetivos. Tal vez tenga que prolongar la realización de los mismos, tal vez tenga que mediatizarlos. Eso es posible. Pero hay determinadas cosas que se deberían hacer ya; hay muchas cosas...

–¿Como cuáles?
–Hoy por hoy, ya se incorporó la idea distributiva de Pensión 65, de Cuna Más, de impuesto a las sobreganancias mineras. Hay un montón de medidas distributivas que se pueden desarrollar y que pueden, dadas las condiciones del Perú, ir modificando positivamente el perfil del país. Se puede hacer una redistribución regional de los recursos, reconocer a determinados sectores la legitimidad de sus demandas, dejar de pensar que los peruanos somos tristones y por eso protestamos o que somos perros del hortelano. Hay que tratar a los personas como ciudadanos; eso puede ser de una importancia tan grande como hacer que la gente tenga más plata en los bolsillos.

–¿Cuál debe ser el papel del fujimorismo? Está pendiente el fallo del TC sobre el juicio a Fujimori y están proponiendo la posibilidad de que sea indultado.
–En caso de enfermedad. No se trata de hacer venganza. Se justifica el indulto para un delincuente preso con enfermedad terminal. Ahora, el papel del fujimorismo es liberar al jefe y reivindicar lo que hicieron, al punto de lavarle la cara por todos los delitos que cometieron y, para eso, se asocian con lo más derechista y reaccionario del país.

–En el 2006 Humala también pasó a la segunda vuelta, y políticos y empresarios hablaron mucho de inclusión social. ¿Qué tanto ha cambiado el país desde ese entonces?
–Lo que nadie dice es incluir a quién, en dónde y a qué. La inclusión se ha vuelto una palabra que sirve para todo y para todos. Estas elecciones, como la del 2006, ponen de manifiesto la profunda desigualdad en todo orden de cosas que existe en el Perú, especialmente en la sierra y la selva. El país tiene las desigualdades regionales más fuertes de América Latina. Esas desigualdades no se resuelven únicamente a través de una distribución material de los bienes, sino también a través de una distribución simbólica; hay que reconocer la validez de las costumbres, historias y reclamos de todos por igual.

–¿Este triunfo de Ollanta y anteriormente el de Villarán pueden verse como el resurgimiento de una izquierda democrática?
–Esto me hace recordar mucho el título de una obra de teatro clásica de Pirandello que se llama Seis personajes en busca de autor. Lo que expresa eso es que hay una masa de personas que están buscando la manera de constituirse como un grupo, una colectividad alrededor de una plataforma más o menos consistente. No sé si de eso saldrá una corriente fuerte de izquierda democrática. Mientras no haya una renovación ideológica, teórica y de cuadros políticos, estas izquierdas seguirán ancladas en el pasado.

–¿Quiénes cree que son los grandes derrotados de estas elecciones?
–Alan García es el gran derrotado; no se cumplió su predicción, ni su preferencia. Eso de que él no podía poner presidente pero sí podía impedir que gane el que no quisiera no le funcionó; perdió su predicción y su preferencia. El fujimorismo, en cambio, no ha sido derrotado. El 3% de ventaja no es una derrota aplastante. No sé si la palabra reconciliación vale porque no creo que haya muchas posibilidades de conciliar; van a tener que aprender a convivir, más o menos, contradictoriamente en el país. La idea de que esta vez no vamos a tener los mismos eventos trágicos de la época de Toledo o García es irreal.

“La constitución puede modificarse”

–¿Es justificado el temor a los cambios constitucionales? ¿Por qué generan tanta resistencia?
–Yo no soy partidario de hacer tantos cambios, pero hay que reconocer que las constituciones no son piezas rígidas que deben quedar sin modificación alguna durante mucho tiempo. Ahora, tampoco se trata de aprobar la revocatoria del presidente y de congresistas, cosa que me parece una barbaridad porque a la inestabilidad peruana se le agrega más inestabilidad. Allí sí sería caer en un caos que sería aprovechado por muchos, pero otra cosa es decir que no se pueda tocar la Constitución. Yo no le veo problema.

–¿Incluido el capítulo económico?
–¿Y por qué no? Si es que hay necesidad y consenso, ¿por qué no se puede cambiar? Allí está el temor de lo que pasó en el 80, pero (en Gana Perú) han dicho que se pueden dar leyes puntuales para que determinadas empresas del Estado intervengan en determinadas áreas; yo prefiero eso a abrir la posibilidad de que el Estado intervenga de manera discrecional en cualquier área.

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martes, 31 de mayo de 2011

JULIO COTLER: "Un gobierno de Humala tendría muchas dificultades para ejercer un poder muy fuerte"

Tenemos para ustedes esta extensa entrevista a Julio Cotler, antropólogo, investigador del IEP, por Martín Tanaka, politólogo e investigador del IEP para la Revista de Análisis y Crítica Argumentos. Imperdible:

¿Cómo interpretas los resultados de la primera vuelta? ¿Son el resultado de los procesos más “profundos” que están pasando en el país —el tipo de crecimiento económico, la desigualdad— o más bien la consecuencia de una campaña electoral abierta a lo contingente? ¿Cómo ves el proceso?

Bueno, yo considero que se trata de las dos cosas simultáneamente. Hay un aspecto estructural, que es el que marca la cancha en la que los jugadores se desenvuelven, y un aspecto contingente, el de los jugadores y lo que estos hacen. En esta última dimensión hay “Messis” y hay “Toledos”, el contendor Toledo tenía todas las de ganar y se dedico sistemáticamente a meterse autogoles, y en la medida que él se destartalaba, Humala era el que crecía. Sin embargo, Humala no es una casualidad…

Es decir, era un candidato con alta votación potencial.

Así es. Kuczynski tampoco es una casualidad, hay algunas caras que representan determinadas situaciones estructurales, es innegable. Si él se lanzó fue porque había gente a su alrededor y porque era la representación más clara de “el modelo”. No era Toledo, que iba a ser un intermediario con los banqueros, sino que ibas a tener al banquero trabajando directamente en el Gobierno, con lo cual el poder fáctico tomaba el control de la situación. Pero bueno, pues, el señor Toledo falló y al señor Kuczynski le faltó tiempo para penetrar en C y D, o a lo mejor no tenía capacidad para hacerlo. Es muy difícil que una persona como Kuczynski penetre en esos sectores, simplemente por razones físicas, ni siquiera se trata de un problema ideológico.

Justamente, alguna gente se preguntaba “¿cómo es que Julio Cotler ha dicho que Kuczynski puede tener posibilidades cuando representa al Perú ‘blanco’, transnacional, más enganchado al modelo?”. Era una candidatura, digamos, muy elitista.

Exacto, pero sin embargo te das cuenta de que ahora, en este momento, la mitad de la población está votando por esos asuntos. Pensar que era una candidatura inviable desde el principio era como pensar que el sector A y B, los “blancos”, no tienen poder e influencia en este país, ¡caramba!

Retomando, hay una situación estructural y hay una situación contingente, y la situación estructural en el Perú es muy marcada, y cada vez lo es más. Porque aquí hay o la “gran transformación” o no hay nada. En vez de hacer una serie de cambios graduales y sostenidos en el Perú, se presentan este tipo de alternativas. El techo para poder realizar reformas, reformas puntuales, es realmente muy alto, es impresionante.

Hasta ahora hablamos de Toledo, Kuczynski y Humala. ¿Tú te imaginaste que Keiko Fujimori iba a entrar a segunda vuelta?

No, no lo pensé. Yo pensaba que iba haber una división del electorado entre varios candidatos, y que estos tendrían alrededor de 20% de la votación cada uno, cinco equipos oscilando entre 18 y 22, y entre ellos estaría Keiko Fujimori. En ese escenario, no le daba muchas esperanzas, pero el fujimorismo demostró tener un electorado duro, a diferencia del resto, que subían y bajaban muy drásticamente. Esa terminó siendo su fortaleza.

Ahora, perdido Kuczynski, la gente que votó por él en primera vuelta votará por ella en la segunda. Entonces te encuentras con una muy buena coalición, los “liberales a la peruana” aliados con los fujimoristas. Esa va a ser la peor imagen que yo puedo tener de todo esto…

Para cerrar sobre la primera vuelta, ¿qué comentarios te suscitan los candidatos chicos? Por ejemplo, Rodríguez Cuadros de Fuerza Social o la candidatura fallida de Mercedes Aráoz con el APRA?

Para mí acabó el ciclo histórico de los partidos más antiguos del Perú. Mira dónde está el PPC, mira dónde está el APRA, mira dónde está Acción Popular, mira dónde está Patria Roja o los partidos que integraron la Izquierda Unida. Todas esas son cosas que se acabaron con los años ochenta, y hoy te encuentras con lo que queda de ellas, y lo que queda en el caso del APRA es Alan García. Creo que no se ha hablado lo suficiente de la situación a la que ha llegado el APRA; es una cuestión impresionante, es una historia política de los últimos ochenta años en el Perú que se acabó.

Después del desastre del gobierno 85–90 del APRA, Luis Alva Castro logró sacar 22% en las elecciones presidenciales. ¿Y ahora?

¡Y hoy no pueden tener candidato! La lealtad aprista todavía alcanzaba en el año noventa. Es decir, este partido surge en una época de fuertes identidades políticas, en la misma en la que Fidel Castro decía la famosa frase: “En la revolución todo, fuera de la revolución nada”, mientras que los apristas gritaban “¡Solo el APRA salvará al Perú!”. Esa es una generación que acabó, hay ciclos históricos para determinados partidos, para determinadas plataformas y para determinadas generaciones.

¿Qué es lo que te dicen hoy los dirigentes del partido? Que hay que hacer una renovación de cuadros, pero siguen pensando en la forma “partido”, de algo que surgió en una época histórica en la que no había Internet o la televisión no había penetrado como hoy. Están pensando en que pueden reproducir el tipo de organización aprista que tenían hace sesenta, setenta años…

¿Y cómo ves la esperanza de construir un partido socialdemócrata alrededor de Fuerza Social?

No, no la veo. Nuevamente es la vieja generación; piensa en quiénes son y cuántos años tienen. Mírales las caras, son los mismos de los años setenta.

¿Y esta nueva generación que integran Gustavo Guerra o Eduardo Zegarra?

Eso no es una nueva generación, esa es gente que podría estar tranquilamente con Toledo, les correspondería estar con Toledo. Este es un país muy segmentado…

De cara a la segunda vuelta, la necesidad de ganar votos está haciendo que Ollanta Humala ya no hable de asamblea constituyente o de cambio radical del modelo económico y que Keiko Fujimori pida disculpas y prometa respetar los derechos humanos. ¿Esto es oportunismo electoral o la política está funcionando para moderar a ambos candidatos?

En esas condiciones catastróficas la gente lo que quiere es un salvador que resuelva los problemas, y para ello está dispuesta a tolerar y aprobar muchas medidas extremas. Ahora no tenemos ninguna situación catastrófica.

Hay algo en lo que yo vengo insistiendo. Me dicen que Humala está ocultando sus verdaderas intenciones, que son llegar y convocar a un referéndum, a una asamblea constituyente, y todo lo demás. Frente a eso yo insisto: Chávez y Morales, como Fujimori en los noventa, entran en condiciones sociales y políticas catastróficas en sus países. En esas condiciones catastróficas la gente lo que quiere es un salvador que resuelva los problemas, y para ello está dispuesta a tolerar y aprobar muchas medidas extremas. Ahora no tenemos ninguna situación catastrófica, y tenemos un Congreso que está absolutamente partido en cinco pedazos, por lo que van a ser muy difíciles las negociaciones para uno y otro lado. Sin embargo, en el caso de Keiko Fujimori creo que ella tiene mayores posibilidades, porque va a tener a todos los poderes prácticamente a su favor.

¿Mayores posibilidades electorales en segunda vuelta?

¡Posibilidades electorales y de Gobierno! Ahí vas a tener las cosas más horrorosas del mundo, van a poner educación religiosa obligatoria, el servicio militar obligatorio.

Ahora, tú obviamente siempre has sido muy crítico del fujimorismo, y en la elección de 2006 fuiste muy crítico con Ollanta Humala…

Bueno, pero en ese entonces representaba al etnocacerismo, racismo puro.

Exactamente, y ahora los votantes indecisos se enfrentan a ese dilema, entre votar por una mujer que representa lo que fue el gobierno de su padre o por un hombre que tiene esta trayectoria.

Por supuesto, para mí esta segunda vuelta es un dilema moral y político, obviamente. Sé que Humala es un militar, que tiene una historia familiar y que el grupo que lo rodea no deja de ser una incógnita, porque el equipo técnico es muy bueno, pero yo no sé quién es el equipo personal y político que él tiene, quienes serán sus operadores. En fin, es un dilema…

¿Tú no descartas votar en blanco?

No, pero hasta ahora mi rechazo a Fujimori es mayor, porque votar por ella significaría que un país puede pasar por alto todo lo que sucedió en los noventa, durante el gobierno que ella reivindica. Significaría una cosa realmente única. No conozco otro caso de reivindicación electoral de un gobierno de esas características. Por ejemplo, si bien la Concertación perdió las elecciones ante la derecha en Chile, Piñera nunca fue pinochetista. Reivindicar al gobierno de Fujimori sería una ignominia, y me pongo a pensar cómo sería ser gobernado por Martha Chávez, Luz Salgado, Cuculiza, Raffo…

¿Cómo te imaginas un gobierno de cada uno de los dos? ¿Uno de Keiko Fujimori sería parecido al de Alan García o sería mucho más conservador? Y en el caso de Humala, ¿te imaginas un escenario de radicalización o un gobierno muy caótico e inestable?

Mira, en el caso de Fujimori yo me pongo a pensar en Rafael Rey como primer ministro. En ese gobierno, por angas o por mangas hay amnistías para los crímenes de los noventa. Con eso nuevamente vamos a tener una política militarizada, con la Iglesia más conservadora cobrando una importancia tremenda, y todo ello por supuesto con gran apoyo social. Y frente a las protestas, pues sacan a un operador del perfil de Absalón Vásquez, y a los sectores movilizados les pagan o simplemente les mandan a la policías pues. En ese escenario, ¿qué poderes se le van a oponer? ¿Quiénes no los van a apoyar?

En el caso de un gobierno de Humala, yo creo que tendría muchas dificultades para ejercer un poder muy fuerte, entre otras razones porque ni él es político ni tiene equipo político, y lo que se requiere para sacar adelante políticas es mucho apoyo político o sectores movilizados. Si tú quieres sacar pensión 65 o sacar el impuesto a las sobreganancia vas a enfrentar tal oposición que vas a tener que hacerte de capacidad de reacción y de negociación. Pero una negociación con alguna capacidad de presión, con alguna suerte de amenaza tras de ti. No puedes jugar naipes si no tienes una buena mano, de otro modo el otro contendiente te puede decir: yo quiero esto, y de lo contrario saco todo mi dinero del país y se crea el caos. Frente a eso, ¿qué es lo que tienes para contrarrestar? ¿Quién tiene la experiencia política necesaria para eso?

Hablando del escenario con Keiko presidenta, ella ha comentado que tiene como referentes a Lula y a Uribe…

Uribe, qué extraño. Bueno, creo que en realidad no sabe de lo que está hablando, pero pese a ello reivindicar la influencia de Uribe luego que este tuvo un gobierno denunciado por la presencia de paramilitares en el país y por la corrupción… Pero ellos son eso…

Y en el caso que Ollanta Humala, se habla de Lula y de Chávez. Pero no habría que descartar un Lucio Gutiérrez también, es decir, un gobierno inestable, caótico, incapaz…

Es que es ese el temor. Por eso pregunto ¿quiénes son los políticos? Más que un temor a un Chávez, me preocupa un escenario del tipo Lucio Gutiérrez, en el que los poderes fácticos harían todo lo posible por azuzar ese desorden. Pero si gente con la que yo hablo ya están diciendo que hay que comprar arroz, que hay que sacar los depósitos bancarios. En estos días se supo de aquello de que señoras de clase alta estaban pidiendo bolsas de comida a sus contactos para llevárselas a Fujimori para que ella a su vez las reparta en su campaña. ¡Es el pánico de los “blancos”!

¿Tú crees que el Congreso tenga un papel importante en el próximo Gobierno? Potencialmente podría tenerlo…

Claro sí, sí creo que puede, sobre todo como poder de veto, para llegar a evitar los extremos.

En el escenario de un Poder Ejecutivo sin mayoría en el Congreso hay dos posibilidades: o el Ejecutivo cede y busca concertar o se produce un entrampamiento.

No, Fujimori puede tener la mayoría. Yo insisto en eso, ellos son los que saben. Ya debe tener a estas alturas todo un file sabiendo quiénes van a integrar el próximo Congreso, quienes son sus esposas, cuándo son sus cumpleaños, dónde estudian los hijos, hasta qué chocolates les gusta. Todo lo necesario para hacerse de una bancada con mayoría en base a transfuguismo.

Mientras tanto, en Gana Perú están pensando en un plan de gobierno de doscientas páginas. Están pensando que para hacer una reforma tributaria basta con tener al técnico adecuado para llevarla adelante. ¿Cómo haces para convencer a la gente de la necesidad de una reforma en un país que el principio de solidaridad es casi inexistente? Está historia de las AFP ha hecho saltar a todo el mundo, porque se preguntan ¿por qué diablos yo tengo que pagarle la seguridad social a esta gente que es inútil?

¿Cómo te imaginas el final de García y qué balance harías brevemente de su gestión?

Él es un político hábil, y claro, nos olvidaremos de las cosas malas que tuvo o le echaremos la culpa de estas a otro. Al final diremos: “No estuvo todo lo malo que podría haber sido”. Pero no va a ser un Lula, no va a ser un Cardoso, no va a ser un Fox o una Bachelet, o nada de eso. Del Perú no sale nadie que entre al equipo de la ligas mayores. Se dedicó a correr con éxito la ola del crecimiento económico internacional, y no hizo más. Se comportó con mentalidad marxista, interesado en el desarrollo de las fuerzas productivas.

Para terminar, ¿qué balance harías mirando el horizonte de los últimos 10 o 15 años? Luego de todo lo que sucedió el año 2000 estamos enfrentando la posibilidad de que Keiko Fujimori sea presidenta, disputando la presidencia con un militar que viene de la formación que viene. ¿Cómo terminamos en esto?

Yo pienso que muchas de las cosas que suceden en el Perú se explican fundamentalmente porque no hay izquierdas democráticas, porque no hay sindicatos, porque no hay una fuerza social que represente orgánicamente a determinados intereses populares. Esta historia de la volatilidad electoral comienza el año ochenta con el voto universal. Desde entonces el electorado se va de un lado para otro.

No hay una izquierda democrática, y por lo tanto los excluidos, digámoslo así, votan por Humala.

Así es, las llamadas “izquierdas” han perdido la brújula. Por supuesto, no tenemos tampoco una derecha democrática, y no olvidemos que la ola derechista se vive hoy a nivel mundial.

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domingo, 15 de mayo de 2011

JULIO COTLER: "EL FUJIMORISMO ES LO MÁS REPULSIVO DEL PAÍS"

Tenemos esta nota publicada en el blog el rafo, cuyo autor es Rafael Ponce, en la que nos da acceso a las declaraciones del destacado sociólogo, Julio Cotler, quien opinó que el “fujimorismo es lo más repulsivo del Perú” en una entrevista realizada por la periodista Rosa María Palacios en el programa Prensa Libre.

Cotler, quien fue invitado para hablar sobre el actual escenario político, agregó que el grupo que representa la candidata Keiko Fujimori, “trata de reivindicar el pasado que es engaño, robo, crimen, lo peor que el Perú puede tener”.

Por otro lado, al ser preguntado sobre el candidato Ollanta Humala, mencionó que “la vaguedad y las contradicciones en su plan de gobierno hace que la gente no confíe en él”.

En otro momento de la entrevista expresó que el entorno de Keiko Fujimori tiene “personajes fascistas, hombres y mujeres, que quieren avanzar a la impunidad”.

Sin embargo, expresó que en “los dos casos (Keiko y Humala) hay un código genético autoritario fuerte” y que cualquiera sea el resultado ”el panorama será muy conflictivo”.

Aquí te dejamos la entrevista completa dividida en tres partes:





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miércoles, 6 de abril de 2011

PARA JULIO COTLER, PPK ES EL REPRESENTANTE DEL GRAN CAPITAL

Hace unas semanas el sociólogo y antropólogo Julio Cotler dio una conferencia para la prensa extranjera en la que analizó las elecciones presidenciales. En este encuentro, Cotler aclaró cómo fue que predijo que Toledo y PPK serían los candidatos con mayor preferencia. Vía Diario 16 leímos que consideró que el candidato Pedro Pablo Kuczynski es el representante del gran capital nacional e internacional, por lo que es lógico que tenga el respaldo de los ricos del Perú.

Cuando yo pronostiqué que Kuczynski entraba a la segunda vuelta no era porque tuviera una bola de cristal, sino porque él es el dueño, el representante directo del gran capital que hay en el Perú. El puede sentarse con los presidentes de los bancos, no (solo) a nivel local sino (también) a nivel internacional. Y va a arrastrar al grupo A, B y hasta C”, comentó en una reciente conferencia que sostuvo con representantes  de la prensa extranjera en el país. 

Cotler precisó también que así como “no hay nadie más peruano que Toledo y Humala, no hay nada más gringo que Kuczynski”.

Cotler dijo que si Keiko Fujimori gana las elecciones él saldría a las calles a protestar. “Si en el Perú se da la elección de Keiko Fujimori, yo saldría a las calles a protestar porque eso (va a significar) indultar a todos los generales y a Fujimori, y después capturar a los aparatos del Estado para seguir robando. Para que Carlos Raffo no vaya a la cárcel o para que Cecilia Chacón no sea enjuiciada nunca”.

Finalmente, habló sobre Ollanta Humala y por qué -aunque quisiera- no podría ser como Hugo Chávez.

“Hugo Chávez llega a la presidencia con un 70% o 80% de popularidad(..) si es que llega Humala, llega con 25% de aprobación y con un Congreso en el que no tendrá mayoría parlamentaria”. Aquí les dejo sus declaraciones en video:

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