Al parecer nos dedicaremos a recopilar en los días que se vienen las razones de los diversos personajes que de una u otra manera, forman parte del proceso electoral. Primero tuvimos las 19 razones de Álvaro Vargas Llosa para votar por Ollanta Humala, a las que le siguieron las 10 razones, esta vez en contra, de Fernando Rospigliosi, y ahora tenemos 10 razones por las que Pedro Salinas no votará por Keiko Fujimori y que fueron publicadas en el Diario 16, porque en este blog a todos les cae, nada de ir a uno y otro lado. Ahí les van las razones:
1. El fujimorismo representa y encarna el gobierno más corrupto que se recuerde en nuestra historia. Esta razón ya es suficiente para no votar por Fujimori. Ni en esta vida, ni en la otra, si acaso la hay.
2. Es cierto que cuenta con tecnócratas respetables, y que el autoritarismo no es algo que se herede, pero hacer alarde de él en el debate y durante el cierre de campaña ya es razón suficiente para intuir que el talante autocrático tendrá un hipotético régimen fujimorista. También hay muchos personajes impresentables, muchas caras viejas y reconocibles, para quienes la democracia es apenas un cliché, una palabra que les fastidia pronunciar.
3. ¿Cómo creerle a una persona que hace un mea culpa luego de corear el “¡Chino, Chino, Chino!”? ¿Con qué versión nos quedamos? ¿Cuál de las dos verdades le creemos? Pues yo creo que la verdad que prevalecerá es la del “¡Chino, Chino, Chino!”. Ahí se acabó la esquizofrenia.
4. Si gana Keiko, verá la manera de liberar a su padre. Como sea. Presionando al Poder Judicial, al TC, sobornando a sus custodios, construyéndole un túnel, sacándolo en helicóptero. Y en el peor de los casos, es hasta capaz de trasladar la sede del Consejo de Ministros a su celda. De pedirle consejos y asesorías. Y eso no es especulación mía, ojo, sino ha salido de la boca de ella. “Sería un asesor de lujo”, dijo al inicio de la campaña.
5. Tampoco la veo como el “mal menor”, porque en esta segunda vuelta ya no hay “mal menor”. Ya estamos hechos. Sin salida. Estamos rodeados, como Custer. Los “males menores” decidimos desecharlos en la primera vuelta. Ahora estamos, como dice el caricaturista Andrés Edery, “entre el mal peor y el mal mayor”.
6. Para llamarnos país debemos tener dignidad y memoria, apego a la democracia y a las libertades, valores que Keiko no me ofrece. Con Fujimori, se entronizará otra vez el odio entre los peruanos, la polarización, el desprecio por los DDHH, se sepultará para siempre el Lugar de la Memoria, y así.
7. Porque coincido en lo que ha dicho Hernando de Soto: el autoritarismo no se hereda. Pero de ahí a premiar con mi voto una opción que durante una década estuvo vinculada a la mafia, la cleptocracia, el pandillaje, la podredumbre, la venalidad, el asesinato, la corrupción, la tortura, la compra de medios, la rapiña, el pillaje, la perpetuación en el poder, es algo que no me sale, ni me nace.
8. Si gana Fujimori, el problema que viene saltando en las últimas elecciones y la clase política viene postergando irresponsablemente (el de la inclusión), va a agudizarse.
9. No votaré por Fujimori porque ese alineamiento mediático que se apreció hace poco, como antes de tiempo, como vaticinando el futuro, ya supone un adelanto prematuro de lo que serían las relaciones entre el poder y los medios de comunicación.
10. Finalmente, prefiero votar viciado. Porque la otra opción me parece tan patética y tan peligrosa para la democracia como la que auspicia actualmente y con mucho entusiasmo la derecha peruana.
Etiquetas: Analistas Políticos, Fuerza 2011, Intención de Voto, Keiko Fujimori, Pedro Salinas, Segunda Vuelta
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