Y siguiendo con los análisis sobre las posiblidades de la inminente segunda vuelta con sus principales candidatos, tenemos este artículo titulado Los últimos también pueden ser los primeros, escrito para La República por Edgardo Cruzado, Investigador asociado DESCO: La campaña, en su primera vuelta, está llegando a su fin. Para muchos analistas la foto del momento está llena de sorpresas: la subida exponencial de Humala, “a lo Villarán”, no estaba calculada, el voto duro del fujimorismo, el repunte de “míster PPK”, ganándoles espacio a los “ex” (alcalde y presidente), y la caída del cholo sagrado, a pocos metros de la llegada.
Pero muchos otros no estamos sorprendidos. Es más, consideramos que la preferencia del electorado peruano es coherente y consistente con los resultados de los últimos años. Un gran porcentaje de peruanos con derecho a votar considera que el “status quo” no es satisfactorio y lo reflejan en sus preferencias electorales.
Una mirada a la composición del voto, por sectores sociales y por regiones, permite entender las preferencias.
El voto duro de los candidatos que tienen como caballito de batalla la concentración de las políticas públicas en el ámbito económico antes que el social, la estabilidad de los contratos de las transnacionales y el blindaje a los incentivos a la inversión privada se concentran en los sectores sociales A y B. Las personas que más tienen se sienten conformes y quieren que la cosa se mantenga. Tienen sus preferencias claras y la elección de sus candidatos es consistente con sus intereses, principalmente los económicos. Pero tienen un problema: son una minoría en relación con la totalidad de los electores.
En el extremo opuesto, más de un tercio de peruanos, en su mayoría en sectores D y E, quieren (y votan) por un cambio. Las propuestas no son claras y varios grupos de izquierda se han automarginado de las elecciones, dejando el escenario sin candidatos “antisistema”. En este contexto, Humala y Keiko, antes que cualquier enfermedad mortal, representan para el imaginario alternativas, aunque opuestas, donde la agenda de los menos favorecidos tiene relevancia.
Si este mismo análisis lo realizamos con el ojo territorial los electores siguen siendo coherentes y consistentes. El voto rural no quiere el “status quo”, los votantes de Lima quieren quedarse como están y el mundo urbano de provincias se reparte, en relación con el ingreso promedio, entre un lado y el otro.
Entonces, no es verdad que las elecciones se han polarizado. Lo que es verdad es que vivimos en un país polarizado, en el que nuestra economía genera condiciones de vida polarizadas.
¿Qué podemos esperar? El sector medio de nuestro electorado, representado en buena medida por el votante de las ciudades intermedias de provincia, está llamado a inclinar la balanza. Pero no solo la balanza electoral este próximo 10 de abril.
Recordemos que las políticas innovadoras e inclusivas no son responsabilidad exclusiva del gobierno nacional. Los gobiernos locales y regionales en sus espacios pueden formular políticas y acciones que promuevan una propuesta económica más inclusiva, respondiendo así a las demandas de un gran número de peruanos que piden generar propuestas de política que dejen la polarización y donde ellos se sientan incluidos. Demanda sobre la que los candidatos presidenciales parecen no haberse dado cuenta todavía.
Etiquetas: Análisis Electoral, Analistas Políticos, Candidatos Presidenciales, Elecciones Perú 2011, Intención de Voto, Segunda Vuelta
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