jueves, 21 de abril de 2011

LA POBREZA EN EL PERÚ Y LOS PLANES DE GOBIERNO DE GANA PERÚ Y FUERZA 2011

Uno de los puntos más importantes que debe de ser resaltado en esta segunda vuelta electoral es el del enfrentamiento a la pobreza, de cómo se va a tratar de "sacar del hoyo" a la gran mayoría de peruanos que ven como se dice que estamos en una buena etapa de "crecimiento económico", pero que ellos no la ven hasta ahora. Tengo dos interesantes artículos al respecto, uno en la Columna del Director escrito por César Lévano para el diario La Primera titulado La escamoteada pobreza, y el segundo escrito por Farid Matuk para el diario La República con el título: Fuerza 2011: ¿Populismo iluso o engaño premeditado?

La escamoteada pobreza
La ultraderecha peruana, famosa por su egoísmo y su desprecio por el pueblo, saca todos los días de la manga algún argumento -alguna mentira- en el afán de impedir que Ollanta Humala gane la presidencia de la República. Que éste quiere apoderarse de los fondos de la AFP, que aspira a ser reelegido como Hugo Chávez, que busca coartar la libertad de prensa y de expresión, que es ¡un Hitler larvado y en potencia!

Sin embargo, hay un gran tema que esa derecha no esgrime: La pobreza, signo de la mala distribución de la riqueza, epítome del hambre y la miseria. Cuando aborda el tema, la derecha antigua y la reciente (el APRA) suelen escudarse en promesas dulzonas y en una cifra torpemente amarga: que el número de pobres bajó de 44.5% en 2006, año en que Alan García asumió el poder, a 34.9% en 2009.

Pero ayer, Elmer Cuba, el economista de Solidaridad Nacional, descorrió la cortina. Recordó en el diario Gestión que en el Perú se considera pobre a la familia que recibe 247 nuevos soles mensuales. ¡Si percibe 248 soles puede seguir ayunando en familia, pero ya no es pobre!

Un sol al mes transforma al pobre extremo en no pobre. Es esa una burla estadística, una triquiñuela digna sólo de malandrines como los que nos gobiernan.

Precisa Cuba que, dentro de ese marco, hay 2'812,000 familias que viven con 247 nuevos soles al mes; es decir, con ocho soles diarios.

Hay, añade Cuba, otras 2'518,000 familias en las que se alcanza un ingreso mensual per cápita de 247 y 550 nuevos soles al mes. Con menos de 20 nuevos soles diarios, tampoco aparecen como pobres gracias a la añagaza triunfalista de García.

Pues bien, resulta que hay sólo un candidato que tiene como punto fuerte de su programa la disminución de la pobreza, lo cual abarca una gama de medidas, que van desde lucha contra la evasión tributaria hasta el impuesto a las sobreganancias de las grandes mineras.

Ese sí es un tema de fondo, que tiene que ver no sólo con la atenuación de la pobreza, sino con el vasto panorama de la injusticia social: desamparo en el sector rural más pobre, desequilibrios en la atención de la salud y la Educación, desarrollo cada vez más desigual entre las regiones, desastre en la seguridad ciudadana, mezquindad en los presupuestos para las universidades públicas y para ciencia y tecnología.

Cuba se equivoca al final, cuando afirma que en las elecciones el 45% optó por sólidos principios democráticos y una economía de mercado; el 32% apoyó, dice, una corriente más autoritaria y una mayor intervención estatal en una economía de mercado y un 23% (Fujimori) por un gobierno de fuertes reminiscencias autoritarias y una economía de mercado.

Es ese un análisis simplista. En realidad no hay encuesta o estudio postelectoral sobre lo que los votantes querían de sus candidatos.

Fuerza 2011: ¿Populismo iluso o engaño premeditado?
En los medios de comunicación, se ha procedido a efectuar un análisis minucioso de la viabilidad económica del Plan de Gobierno de Gana Perú, y al mismo tiempo se obvia similar análisis al Plan de Gobierno de Fuerza 2011. Este sesgo responde a que Gana Perú plantea un cambio sustantivo de la distribución del ingreso vigente, mientras que Fuerza 2011 propone mantener el status-quo actual.

Conviene recordar que la Constitución de 1979 consagró el orden económico generado por el Gobierno Militar iniciado en 1968, el cual eliminó el sustento económico de la oligarquía terrateniente, y colateralmente produjo una mejora en la distribución del ingreso, donde el ejemplo más sencillo de este nuevo bienestar es el poder adquisitivo del salario mínimo de ese periodo.

Sin embargo, esta nueva distribución de ingreso generada desde 1968 ingresó en una espiral inflacionaria iniciada con el incremento del precio del petróleo en 1973, y las subsecuentes políticas de estabilización, que llevaron la pobreza de 41% en 1985 a 54% en 1991, y con la estabilización de agosto de 1990 se consolida una nueva distribución del ingreso, que perpetúa la pobreza.

De esta manera, la Constitución de 1993 consagró un nuevo orden económico donde una naciente oligarquía rentista, no de la tierra como en el pasado, sino de los recursos naturales y de los servicios monopólicos, acumula los beneficios del crecimiento económico, lo cual es evidente al observar que la pobreza de 54% en 1991 pasa a 53% en 2000.

A partir de 2001, la pobreza empieza a reducirse paulatinamente con un crecimiento económico acompañado por nuevos programas sociales como Juntos, el cual es el único que tiene una lista de beneficiarios monitoreada por DNI, reduciéndose la pobreza en 6 puntos hasta 2006 para llegar a 48%, y otros 10 puntos adicionales hasta 2011 con un 38%. Con lo cual la incidencia de la pobreza de este año sería prácticamente similar a la existente en 1985, pero lejos del 18% de 1975.

Mientras el Plan de Gobierno de Gana Perú propone una sólida reforma tributaria, que permita elevar la proporción impuestos-PBI del 16% actual, a por ejemplo una semejante a la de Brasil de 36%, donde ciertamente el capitalismo es exuberante, pero al mismo tiempo los masivos programas sociales no alteran el equilibrio fiscal.

De otro lado, el Plan de Gobierno de Fuerza 2011 en materia tributaria solo ofrece "facilitar el pago de impuestos", "mecanismos sencillos de tributación" y "dejar de emitir normas tributarias solo para una realidad urbana". Es decir mantener la actual relación entre impuestos-PBI, lo cual no sería problema si se mantienen inalterados los actuales niveles de bienestar social.

Pero las otras secciones del Plan de Gobierno de Fuerza 2011 implican sistemáticos incrementos del gasto público como las promesas de "mejorar la calidad de la educación", "seguro de salud universal", "reducir la desnutrición infantil", "viviendas con títulos, agua y saneamiento", o "sector público mejor pagado".

Por ello hay solo dos conclusiones sobre la viabilidad del Plan de Gobierno de Fuerza 2011: O volvemos a tener el populismo desenfrenado del ganador en 1985 para alcanzar las metas sociales y acabar en hiperinflación, o volvemos a tener el engaño masivo del ganador en 1990 para descartar las metas sociales e instaurar una dictadura civil.

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2 comentarios:

A las 23 de abril de 2011, 9:04 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Despiden a 2 periodistas de el grupo El Comercio (Peru 21, América TV, Canal N, El Comercio, El Trome) por no alinearse y apoyar a Keiko.
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Es un pena enterarnos de estas noticias a través de medios extranjeros, porque en el Perú están tratando de tapar esta noticia o minimizarla.
Los tiempos oscuros de la prensa peruana no deben volver, tiempos en los que se influenciaba y hasta compraban medios de comunicación y nadie se enteraba. Lean la nota completa en:
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http://www.elmundo.es/america/2011/04/22/noticias/1303426156.html

 
A las 23 de mayo de 2011, 8:06 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Para propiciar que las familias peruanas salgan de la pobreza sin retorno, con un menor costo estatal, lo que un buen gobernante debería hacer es implementar medidas que ímpliquen un cambio estructural en el país. El conformismo, la poca creatividad y escasa competividad son las negativas secuelas del asistencialismo que sólo ha servido para comprar conciencias, voluntades, votos y para establecer sentimientos de dependencia. La población no necesita limosnas (S/. 248.00) sino más bien formación y capacitación para el trabajo, mayores y mejores oportunidades de manera tal que seamos nosotros mismos los que forjemos nuestro futuro, generando ingresos dignos que nos permitan dejar por siempre el ayuno en familia. El Estado debe invertir más en alimentación, salud y educación de calidad para revertir nuestra historia de pobreza y miseria. Con una población bien alimentada, saludable, educada y preparada otros serían nuestros candidatos y gobernantes, por fin dejaríamos de votar por saciar el "estomago", por el mayor asistencialismo y el mal menor; empezaríamos a votar por nuestras conciencias y convicciones.

 

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